El Gobierno cambiará el software que controla las tragamonedas

El Gobierno y los operadores del juego tensan la cuerda. Lotería Nacional Sociedad del Estado (LNSE) planea instalar en los próximos tres meses un sistema de control independiente en las máquinas tragamonedas del Hipódromo de Palermo y del Casino Flotante. Hoy, se rigen por slots que los propios operadores instalaron desde 2002, cuando las tragamonedas se habilitaron en la ciudad. El organismo de control busca así poner la lupa sobre un negocio que factura más 20 millones de pesos por día, aunque las apuestas diarias superan los 600 millones de pesos.

Anteayer, LNSE quitó de servicio 17 máquinas en ambos sitios, con 162 puntos de apuestas en total, porque incumplían "normas internacionales" que certificaban su funcionamiento. Por su parte, los operadores responsabilizaron a los fabricantes de las ruletas electrónicas (Electro Chace SRL) por no cumplir con la mencionada certificación y solicitaron reemplazarlas.

Tomás Elizalde, presidente de LNSE, dijo ayer a LA NACION que ya están "trabajando con un programa de Big Data que instalaremos en las máquinas tragamonedas para cruzar datos y tener información directa de los puntos de apuestas. Hoy tomamos esa información de un centro de datos que nos propician los operadores". Elizalde, un contador que llegó a Lotería Nacional por fuera del rubro del juego, aseguró que dispondrá de inspectores a quienes se asignarán controles presenciales en máquinas donde observen "que entreguen pocos o muchos premios, por encima de la media".

En el macrismo admiten que estos operativos van más allá de seguir de cerca al zar del juego, Cristóbal López: quieren evitar que el negocio crezca. Así, LNSE también planea aumentar los cánones de concesión del Hipódromo de Palermo (hoy es del 35% del neto percibido en las tragamonedas y el 4% de las carreras hípicas) y del Casino Flotante (20% de las máquinas y las apuestas en paño).

El juego en la ciudad se reparte entre unos pocos actores. El Hipódromo de Palermo es comandado por una UTE de las empresas Hapsa (72,5% de la sociedad), cuyo presidente es Federico De Achával, y Casino Club (27,5%), en la que López sería el propietario del 30%. En 2007, antes de abandonar la presidencia, un 5 de diciembre, Néstor Kirchner prorrogó la concesión hasta 2032. En el Casino Flotante, la firma Cirsa posee el 50%; Hapsa, el 25%, y Casino Club, el 25%, según confiaron accionistas. Y la concesión caduca en poco más de dos años.

Cambio de rumbo

LA NACION consultó a voceros de las...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR