El Gobierno ajusta el envío de fondos a las provincias para 2014

En el penúltimo año de gestión de la presidenta , el gobierno nacional se dispone a aplicar un fuerte torniquete fiscal a los gobernadores propios y ajenos, que así quedarán expuestos a una mayor dependencia del poder central.Esto se desprende del http://www.lanacion.com.ar/1621662-cristina-kirchner-se-muestra-con-alejandro-granados-por-primera-vez-tras-su-ascenso-a-seguri, el cual prenuncia una brusca http://www.lanacion.com.ar/1570578-el-gobierno-redujo-la-ayuda-a-las-provincias-y-da-apoyo-directo-a-los-intendentesdiscrecionales para las provincias, que del año pasado al actual habían aumentado un 45,4%, pero que para el próximo ejercicio sólo subirán un módico 10,5%. Esta cifra, que apenas alcanza la inflación oficial, tendrá también un impacto en la reducción de obras públicas y en el reparto de los fondos nacionales.Pero lo que más desvela a los gobernadores es que a partir del año próximo deberían retomar el pago de la millonaria deuda que mantienen con la Nación, calculada en unos 65.000 millones de pesos.En efecto, en diciembre próximo vencerá el período de gracia otorgado en el Programa Federal de Desendeudamiento de las provincias que se instrumentó en 2010. El proyecto de presupuesto no hace mención a una nueva prórroga, por lo que los mandatarios provinciales más complicados deberán peregrinar a la Casa Rosada para negociar un alivio financiero.Esto parece ser lo que pretende el gobierno nacional para evitar que se les licue el poder en los últimos años del mandato de Cristina Kirchner. El temor del kirchnerismo es una reedición de la llamada "liga de gobernadores" que, desde el peronismo, condicione al Gobierno y a la sucesión presidencial. Por eso, nada mejor que la chequera y la negociación individual para desbaratar cualquier maniobra de acción colectiva.En rigor, no es la primera vez que el Gobierno les cierra el grifo de los recursos nacionales a los gobernadores. Ya lo había hecho en 2012 -un año no electoral-, cuando las provincias se convirtieron en la variable de ajuste de un gasto público que amenazaba con derrapar. Sucedería lo mismo el año próximo, pero con un agravante: se suma el pago de las deudas con la Nación de no mediar otra prórroga.Vale recordar que las provincias no pueden recurrir, como hace la Nación, a las reservas del Banco Central o a los recursos de la Anses para financiarse. Dependen básicamente de la coparticipación y de la recaudación propia (por eso muchas se vieron obligadas a aumentar sus impuestos locales), o...

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