Gobernabilidad local

AutorRoberto Dromi
Páginas101-124

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1. La gobernabilidad, un nuevo modo de gobernar

En 1999, el programa de naciones unidas para el desarrollo (pnud) define a la gobernabilidad como "el marco de reglas, instituciones y prácticas establecidas que sientan los límites y los incentivos para el comportamiento de los individuos, las organizaciones y las empresas".

El international development Research Centre (IDRC)1 señala que la gobernabilidad "se refiere a las cuestiones y problemas re-Page 102lacionados con la alineación de los intereses de los que manejan una organización con los de aquellos que son responsables de sus resultados, que son propietarios de ella y con personas externas que tienen interés en la organización".

En la Cumbre del Milenio de las naciones unidas, celebrada en septiembre de 2000, los líderes del mundo asignaron al desarrollo un papel central dentro del programa mundial mediante los Objetivos de desarrollo del Milenio, estableciendo metas claras para reducir la pobreza, la enfermedad, el analfabetismo, la degradación del medio ambiente y la discriminación contra la mujer para el año 2015. Lo que allí se trató está estrechamente ligado a la gobernabilidad o la nueva gestión pública, al buen gobierno, a la democracia y a los derechos humanos.

Otros foros internacionales coinciden en esto: es imposible el desarrollo de la gobernabilidad en una región, si no se garantizan también los derechos sociales, económicos y el respeto a la diversidad cultural2.

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La gobernabilidad o gobernanza, como también se la llama, en todo sistema democrático supone la representación, la participación, la legitimidad, la legalidad, la eficacia, la equidad, la solidaridad, la inclusión, la igualdad de oportunidades, la capacidad para tomar decisiones y resolver conflictos. implica convocar a todos los habitantes sin distinción de origen, credo, raza, religión o sexo. Sin esto es inviable la gobernabilidad, la democracia y el desarrollo.

La gobernabilidad presentaría, entonces, una serie de presupuestos básicos, sin los cuales sería igualmente inviable, al menos la gobernabilidad democrática3. dichos presupuestos serían: la confianza y credibilidad en las acciones, el cumplimiento de las funciones y la satisfacción plena de las necesidades, la participación, la inclusión y el consenso, la información veraz en tiempo y forma, los controles público y privado4, la transparencia, la prudencia en el obrar y la legalidad. La enunciación de estos presupuestos no es taxativa, por lo tanto podrán ir surgiendo otros conforme los momentos, los espacios y las circunstancias. por eso decimos que estos son los básicos.

Ahora bien, por qué surge el concepto de gobernabilidad. Creemos que el concepto de gobernabilidad fue una consecuencia inmediatamente posterior a la crisis de identidad de fines del siglo XX. y justamente esa crisis se presenta cuando se percibe la diferencia que existe entre la acción de gobernar y las necesidadesPage 104 de la sociedad5. Cuando se rompe esa idea de que la autoridad lo sabe, lo puede y lo hace todo pensando en la sociedad y se quiebra la confianza en esa autoridad, comienza a ver la luz la idea de gobernabilidad. transcurre el tiempo y esa idea y su análisis toman fuerza a partir del mundo pos moderno y de la globalización6. Es como que a la política, más precisamente a los políticos se les escapa la legitimidad y también más de uno de los presupuestos básicos que mencionamos más arriba. Se produce, entonces, un vacío.

La gobernabilidad debería convertirse así en un nuevo modo de gobernar y dependerá de todos que sus resultados sean igualmente positivos para todos.

En definitiva, la gobernabilidad surgió por el divorcio entre la sociedad y el modo de trabajar de las organizaciones políticas tradicionales. Era necesario para estas últimas cambiar, modificar sus estructuras, sus formas de trabajo, de dar respuestas, de comunicar-Page 105se. pero a la par de esta toma de conciencia, debían las organizaciones fijar sus preocupaciones con los nuevos desafíos: el hambre, la desocupación, el terrorismo, la exclusión social. Los problemas que al comienzo se veían "fuera de casa", de pronto aparecieron "dentro" de ella. y con ellos entró el desprestigio por las organizaciones políticas y por el quehacer político. y junto a los términos gobernabilidad, gobernanza y nueva gestión pública, surgieron otros como transparencia, ética pública y unos cuantos más.

2. Ciudad-Municipio: entidades conceptualmente distintas

¿Cómo debería darse la relación entre Municipio y Ciudad para una exitosa gobernabilidad? para aproximarnos a la cuestión tendremos primero que presentar, aunque brevemente, las dos teorías sobre la naturaleza de la institución municipal y dar un panorama sobre esa entidad viva que se llama Ciudad.

No existe consenso en cuanto a la naturaleza de la institución identificada genéricamente como Municipio7, que es el modelo de organización política de la realidad social, histórica y geográfica, que es la Ciudad.

El Municipio ha sido objeto de diversas teorías, según se haya puesto el acento en la "tradición" o en la "razón". En efecto, para quienes adscriben al realismo político de raigambre historicista, es una institución natural, de jerarquía política, que asume el gobierno local.

Para los pensadores inclinados hacia el racionalismo, por el contrario, es apenas una entidad de creación normativa, de jerarquía sólo administrativa, a la que se encomendó la administración local.

Si la primera postura identifica al Municipio con la Ciudad, la segunda confunde a la institución con sus manifestaciones concretas, las que indudablemente se subordinan a los criterios adoptados por el legislador de turno.

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El Municipio es una de las formas de organización política que continúa en la hipermodernidad; su característica principal es su gran cercanía a los ciudadanos, término tomado aquí en su significado lato, comprensivo de todos lo que habitan la ciudad. Esta inmediatez, en principio, lo convertiría, entonces, en un interlocutor privilegiado de las demandas ciudadanas. pero no siempre es así y la realidad es irrefutable.

El Municipio puede ser definido como la organización políticoadministrativa, el gobierno de una comunidad, vale decir, una manifestación de organización estatal en un territorio, un fenómeno territorial-formal8. Es una organización formal-material.

La Ciudad es un territorio-real. una manifestación viva y dinámica en la que concurren muchas instituciones y organizaciones.

La Ciudad es una entidad territorial, política, económica y comunitaria; el Municipio es una entidad que surge del reconocimiento atributivo de carácter jurídico respecto de aquellos elementos.

La fenomenología de la Ciudad, hoy como ayer, nos aporta las claves de comprensión de su origen existencial y vigencial. Es un dato de la realidad la radical incapacidad del individuo para bastarse a sí mismo, separado de toda compañía humana. El aumento, en virtud del modus vivendi hipermoderno, de las necesidades vitales para el desarrollo en plenitud de la persona, ha incrementado los vínculos de la red de relaciones humanas. por esto, si bien la Ciudad y el Municipio son dos entidades conceptualmente distintas, pueden ser encaradas desde diferentes puntos de vista. Sin embargo, ninguna aproximación a cualquiera de los dos sujetos será tan fructífera como aquella que los abarque en forma conjunta, sin confundirlos ni ignorarlos. A pesar de lo afirmado, estamos seguros que cuando hablemos de una tangencialmente estaremos hablando de la otra y viceversa.

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Desde siempre el hombre ha vivido en el seno de una comunidad9, de un grupo de individuos de su especie, organizado sobre parámetros racionales, superadores del simple instinto gregario, que recibe y genera cultura. ninguna creación se habría adjetivado de "humana" si no hubiesen concurrido e interactuado las voluntades que conforman la sociedad.

Así como la vida en sociedad ha sido un elemento inescindible de la naturaleza humana, la civilización10 ha sido inseparable de la Ciudad. Las ciudades de todos los tiempos con mayor o menor lentitud, mayor o menor repercusión histórica han encarado o eludido consciente o inconscientemente profundos cambios sociales, políticos, económicos, funcionales, ambientales, en una palabra cambios culturales11.

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Y de ellos, quizás el de mayor peso fue el tránsito de la Ciudad al Estado-nación, aunque aquella haya perdurado a lo largo de los siglos, pero con intensidades diferentes12. La organización de los espacios mayores hizo resurgir con mayor presencia y funciones la institución municipal13. y en este caso, la Ciudad perdió algo de identidad porque en muchos momentos fue identificada con el Municipio.

Mucho se debate y se cuestiona acerca de la cantidad de población, de la superficie14, de las funciones y responsabilidades quePage 109 deben tener los Municipios para desempeñar satisfactoriamente sus funciones, que ahora denominamos gerenciales; pero será la Ciudad la que en cada caso le dará el marco correspondiente. Las atribuciones serán demasiadas, o demasiado pocas, según las circunstancias de espacio, de tiempo y fácticas que rodeen al Municipio.

En definitiva, la Ciudad es un sujeto que se vale del Municipio como herramienta para la consecución de sus fines. Este comparte con otras instituciones locales la satisfacción de las necesidades de los habitantes de la Ciudad con miras al bien común.

La Ciudad es una entidad territorial, política, económica y comunitaria y el Municipio surge del reconocimiento atributivo de carácter jurídico respecto de aquellos elementos.

3. La gobernabilidad de la Ciudad

Una de las características más fuertes del mundo hipermoderno es...

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