Gitanos: una comunidad que lucha contra la estigmatización

Rosa, Lolita, Samara y otros niños gitanos se paran frente a una cámara y cuentan lo que más les gusta hacer. "Los helados", dice una. "Irme de vacaciones y, si tuviese un barco, a Miami", agrega otro. Todo es normal hasta que los invitan a buscar y leer en un diccionario de la Real Academia Española la definición de la palabra gitano. "Trapacero" es una de las acepciones. "Que con astucias, falsedades y mentiras procura engañar a alguien en un asunto", leen con sorpresa, la cara, paralizada, los ojos bien abiertos. "No es justo -dicen entonces-. Yo no soy trapacero".La escena ocurrió hace algunos años en España. Era parte de una campaña contra la discriminación y la estigmatización del pueblo romaní. Pero, sin dudas, podría haber pasado en cualquier parte del mundo donde la comunidad echó raíces desde aquel éxodo desde el norte de la India. Y la Argentina no es la excepción: el término "gitano" suele conllevar una connotación negativa o asociarse a hechos criminales."Todo el ´'clan mafioso de gitanos' detenidos", escribió en su cuenta de Twitter la ministra de Seguridad de la Nación, , el 10 de mayo pasado cuando fueron capturados los acusados de asesinar al diputado y su asesor , a metros del Congreso. Un día después Bullrich escribió un nuevo mensaje, pero sin la palabra "gitanos", aunque el estigma ya había abierto una herida en la comunidad. De la misma forma en que lo hicieron algunos medios de comunicación al cubrir el hecho con contenidos cargados de prejuicios sobre una comunidad tan hermética como estigmatizada."La tradición y la cultura marcan que el gitano es un mal tipo del cual hay que tener cuidado. La discriminación se va mamando desde chico y para el gitano no hay segundas oportunidades. Es muy difícil que nos acepten en un trabajo o que a los chicos los reciban en las escuelas. Cuando la ministra Bullrich habla de un crimen mafioso, no ayuda, porque todo queda reducido a la mafia gitana", describe Jorge Nedich, escritor de origen gitano y militante de los derechos humanos de su comunidad. Nedich acaba de presentar su última novela, El aliento negro de los romaníes, sobre las desventuras de una familia gitana que intenta salir de la pobreza.El hermetismo es tan fuerte que la discriminación no se ve reflejada en denuncias. Según información del Inadi, el año pasado se registraron 2664 reclamos de los cuales 98 fueron por motivos étnicos. Solo uno correspondió a la comunidad gitana: los judíos fueron los que más acudieron al...

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