Un giro político agazapado

Un paso atrás cerca del abismo de una crisis. Ésa parece ser la instrucción de la Presidenta, mientras ella se encarga de mantener encendido el fuego de la épica revolucionaria.El kirchnerismo es pragmáticamente cruel: obliga a sus funcionarios a hacer lo contrario de lo que hicieron y dijeron cuando sus jefes tenían márgenes de los que ahora carecen. Así las cosas,http://www.lanacion.com.ar/1642242-fuertes-indicios-en-repsol-de-que-aprobaran-el-preacuerdo-por-ypfque entregará Aerolíneas Argentinas a alguna empresa aerocomercial privada, antes de que todos sus aviones terminen chocando en tierra.http://www.lanacion.com.ar/1642094-preacuerdo-con-espana-por-la-expropiacion-de-ypfque está dando el gobierno de Cristina Kirchner. Fue todo tan oculto que la presencia en Buenos Aires de un ministro español, el de Industria, José Manuel Soria, se conoció por la prensa española. Tanto el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, como el ministro de Economía, Axel Kicillof, hablaron con los periodistas, en un gesto de apertura a la prensa, pero se cuidaron de no decir nada sobre una avanzada negociación con el gobierno español por el caso empresarial más traumático de la última década.No se trata, de todos modos, de un cambio integral y planificado. Son más bien las maniobras desprolijas de un ejército en retirada, que sólo tiene tiempo y energías para resolver los problemas de a uno por vez. Ni siquiera tiene tiempo (¿ni ganas?) de cambiar el discurso. Ayer, Kicillof reiteró, en un discurso en la Cámara de la Construcción, que el problema de la Argentina es que le va demasiado bien en un mundo al que le va mal. En síntesis: el modelo se está muriendo de éxito.Kicillof es el mismo que alguna vez provocó la irritación del presidente de Repsol, Antonio Brufau, luego de despotricar largamente contra los españoles de la época del virreinato. Brufau se levantó de la reunión quince minutos después de que ésta empezó. "Quiero hablar del futuro, no del virreinato", dijo. El nuevo ministro de Economía aseguró también en su momento que el Gobierno no le pagaría nada a Repsol por la confiscación de YPF y que, en todo caso, sería la administración argentina la que le pediría una indemnización a Repsol por "daño ambiental".Es razonable que Brufau haya evitado venir a la Argentina para firmar el borrador de un acuerdo con la misma persona que lo maltrató y desvalijó su empresa. Sin embargo, las posiciones de Brufau fueron tomadas como propias por el gobierno español, según reveló ayer...

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