Un giro en la guerra Bullrich-Larreta y el montaje de otro 'veranito electoral'
Bullrich y Larreta, la última vez que se mostraron juntos; la campaña empezó a cara de perro
Visto con la perspectiva del tiempo, el mote malicioso de "Ventajita" que Mauricio Macri le puso a Sergio Massa en 2016 se confunde con un apelativo cariñoso. Esta semana Cristina Kirchner lo llamó "fullero" , o sea un jugador experto en trampas, y el ministro/candidato no tuvo más remedio que asentir con su sonrisa icónica. La identidad de quien habla modifica la carga de cada término, pero los dos aluden a características de un profesional de la política que no regala nada: oportunismo, ambición, audacia .
La irrupción a último momento de un competidor con ese perfil sacudió el tablero de las elecciones. Fue un terremoto que dejó expuestas las miserias de la coalición peronista y que alteró también, en un sinfín de réplicas, la disputa a cara de perro por el liderazgo en la oposición entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta .
En los dos cuarteles de Juntos por el Cambio asisten con interés al teatro de la reconciliación peronista después del fin de semana en el casi vuela todo por los aires. Les toca enfrentar a un oficialismo unido de cara a la galería y no a una facción fanatizada y resignada a la derrota. Mantienen la fe en que el ganador de las PASO opositoras será el próximo presidente , aunque saben que ahora empieza un partido en el que los errores se pagan caro.
Cristina Kirchner y Sergio Massa, en Aeroparque, antes del primer acto juntos desde la definición de la candidatura presidencial de Unión por la Patria
Larreta quedó inquieto con el triunfo de Massa en su póker contra el kirchnerismo. Lanzó la campaña en el verano diciendo que "la grieta es una estafa" , sin atender a quienes le recomendaban que debía enfocarse en conquistar el voto duro del Pro para salir a pescar fuera de la pecera una vez que ganara las primarias.
"La de agosto no es una interna, sino una elección obligatoria en la que vota el padrón general", era la lógica de aquella apuesta. La composición del juego era que Massa -devaluado por su gestión en Economía- no sería candidato, que el kirchnerismo presentaría una fórmula identitaria para sobrevivir en la resistencia y que quedaría un voto huérfano en el centro. Un filoperonismo que en su momento se ilusionó con Alberto Fernández y que podría optar por Larreta en las PASO para desnivelar la balanza contra el macrismo.
Con Massa en la cancha esa tesis se torna incierta. La narrativa de esta última semana pareció un regreso a las fuentes. "Son lo mismo" , es una suerte de eslogan obligado de los candidatos del larretismo, con el que buscan pegar al ministro de Economía con Cristina, para que aquellos indecisos que habitan fuera del espacio cambiemita no se confundan. Pensando en el votante propio, endureció el tono contra el kirchnerismo en discursos y spots. Casi un desagravio a...
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