Un giro que expone a la Argentina

Las elecciones son de especial relevancia para la Argentina por una simple razón: la estrategia económica de Macri hace que el país esté expuesto a vientos globales.

Y esos vientos están destinados a rotar. En especial si gana Donald Trump.

Macri ha elegido un camino gradualista. No sólo porque los recursos políticos de que dispone lo dejan sin alternativa. Es posible que, con más poder, Cambiemos hubiera adoptado una receta similar. Es decir, un enfoque keynesiano para superar la inflación sin acentuar la recesión. Esta opción supone aprovechar una ventaja, tal vez la única, que dejó Cristina Kirchner: la capacidad de tomar deuda. Y otra ventaja, que proviene del contexto internacional: el bajísimo costo del dinero. Son coordenadas muy propicias para una administración que, además, en 2017 enfrenta vencimientos por 60.000 millones de dólares. Un panorama exigente para un año electoral.

La campaña norteamericana ha sembrado de incertidumbre el orden económico. Las ocurrencias de Donald Trump prometen llevar al mundo a una guerra comercial de consecuencias misteriosas. Propuso imponer un arancel del 45% a las importaciones chinas. Y otro del 35% a las mexicanas, lo que implica renegociar el Nafta. Si estas medidas pudieran ponerse en práctica, habría que esperar una escalada inflacionaria en los Estados Unidos. Y un consecuente aumento de la tasa de interés que fija la Reserva Federal. Mala señal para cualquier país que dependa, como la Argentina, del crédito internacional.

Además, el fervor proteccionista de Trump desataría una dura competencia entre monedas, con devaluaciones generalizadas. El peso argentino no estaría excluido. Por lo tanto, habría que prever un rebrote inflacionario.

Existe un consenso muy amplio acerca de que Trump no elaboró un programa de administración, sino una colección de consignas proselitistas. No les habló a los operadores económicos, sino a los votantes aplastados por la frustración. Ni siquiera identificó a los encargados de ejecutar sus políticas. Traducido al castellano: duranbarbismo. Por eso algunos observadores creen que, si llega a la Casa Blanca, el panorama será distinto del que se podría presumir. Dicho de otro modo: si triunfan los republicanos, las tormentas que se vaticinan serán reemplazadas por agitación retórica. Esta adaptación realista no significa continuidad. Los expertos calculan que una presidencia de Trump buscaría una revisión acotada de los acuerdos comerciales con China y México. Y...

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