Gils Carbó y Campagnoli abren una tregua tras una reunión reservada

El apretón de manos fue rápido, de brazos extendidos, frío. El y su jefa, la , llevaban mucho tiempo sin verse, enfrentados en una pelea virulenta, cuando ella lo recibió en su despacho.Esa reunión, que los dos mantuvieron en estricta reserva, fue el inicio de una tregua. Sucedió hace dos semanas, después de que el Tribunal de Enjuiciamiento, por cuatro votos contra tres, le permitió a Campagnoli volver a su fiscalía. No obstante, el jury en su contra -promovido por la propia Gils Carbó- no se terminó. El proceso está suspendido, frenado por recusaciones cruzadas, pero ninguna de las partes parece apurada por destrabarlo. El caso se enfrió.El promotor del encuentro fue Campagnoli. Necesitaba recuperar a sus empleados de la fiscalía de Saavedra, que habían sido trasladados por la procuradora. Sólo ella se los podía devolver. Después de la reunión, lo hizo.Gils Carbó también se llevó algo. Campagnoli le dijo que no pretendía usar el jury para lanzarse a la política; que tenía ofertas, pero que sólo quería ser fiscal (mensaje que cayó muy bien en el kirchnerismo); que su objetivo no era destrozarla, sino defenderse.Los dos se desconfían, pero, como una suerte de prueba de buena fe, cumplieron con un primer pacto implícito: ninguno hizo público su encuentro. Rara vez un secreto así dura tanto tiempo sin viralizarse por los pasillos de los tribunales. Tampoco volvieron a atacarse y Campagnoli mantuvo desde entonces un muy bajo perfil.Su situación mejoró, pero no del todo. Si bien volvió a la fiscalía de Saavedra con toda su gente, él tenía además a cargo la Secretaría de Investigaciones Penales (SIPE). Después de que fue suspendido, Gils Carbó puso a otro funcionario al frente de la SIPE y mudó de Saavedra a su personal.Ahora, él quiere recuperar también a esa gente. Su jefa tenía otros planes y así se lo hizo saber en la reunión. Su idea es poner a la SIPE dentro de la órbita de la Dirección de Análisis Criminal (DAC) y ampliar su radio de trabajo. En ese escenario, Campagnoli no estaba incluido, pero el tema no está cerrado.El reencuentro, que empezó muy tenso, fue en las oficinas de la Procuración de Perón 667, donde Gils Carbó mudó su despacho cuando decidió abandonar el histórico petit hotel de la calle Guido. Discutieron cerca de una hora, pero ninguno de los dos hizo mención del futuro del jury, aseguran testigos indirectos del encuentro.Ante la consulta de la nacion, tanto en la Procuración como en la fiscalía confirmaron que el encuentro existió...

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