La gestión es vértebra del desarrollo

AutorRoberto Dromi
Páginas11-26

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Nos encontramos en un momento de la Nación que exige rediseñar una arquitectura republicana renovada en la gestión para hacerla confiable y eficiente. Es una etapa del país de logros significativos, que tiene la oportunidad de capitalizar y consolidar lo alcanzado en los últimos veinticinco años (1983-2007).

La rehabilitación democrática, la inserción internacional, la proyección cultural, la recuperación y el crecimiento económicos son signos evidentes de progreso, de un caminar seguro, que nos alientan a pensar y hacer la Argentina por venir.

Por esto es tiempo de fijar reglas de compromiso para una gestión orientada al desarrollo sostenido y equilibrado que fortalezca la energía común del todo nacional y local y permita, con consenso, a todos los habitantes disfrutar de un "bienestar solidario" en vísperas del 200 aniversario de la Patria.

Estos objetivos requieren optimizar la gestión pública en calidad, cantidad, oportunidad, tiempo, costos y beneficios. Page 12

Las innovaciones en la gestión pública se traducirán en los cambios de los usos y abusos para alcanzar el fin común del desarrollo.

  1. La República: sus tiempos y contenidos

    La gestión que atienda con acciones positivas a las exigencias sociales llevará a construir entre todos, en la década 2007-2016, "la 5ª República", la "República de la revolución del desarrollo", en la sucesión de las identidades de la Argentina.

    Nuestra historia, testigo de "distintas repúblicas" nos ha mostrado1:

    La 1ª República, la "de la organización institucional", entre los años 1810-1880, comprende la Independencia, el Pacto Federal, la Constitución Nacional y la Capitalización, con la gestión de los primeros gobiernos patrios y con las administraciones de Rosas, Urquiza, Mitre, Sarmiento, Ave- Page 13 llaneda, Roca, que inician el camino de la identidad y la organización institucional.

    La 2ª República, la "de la participación democrática", entre los años 1912-1930 con la ley Sáenz Peña instituye el sufragio universal y promueve el acceso de la clase media al poder y donde el protagonismo de Yrigoyen con su política de "reparación nacional" asigna a la República carácter popular.

    La 3ª República, la "de la distribución social", comprendida entre 1945 y 1955, la de los tiempos de Perón y Eva, la de la Constitución de 1949 donde se amplía el sufragio al voto femenino y se proyectan las participaciones populares al poder asegurando la red de protección social. La continuidad programática y transformadora fue propuesta por Arturo Frondizi entre 1958-1962, pero su programa de desarrollo2 fue cercenado por los factores de poder y grupos de presión que frustraron aquel creativo y talentoso proyecto nacional en la bisagra de los años '50 a los '60.

    La 4ª República, la "de la consolidación democrática y la integración regional", de 1983 a 1999 con Alfonsín y Menem, la del regreso a la democracia, la de la integración latinoamericana y las reformas del Estado y de la Constitu- Page 14 ción, con sus notas de participación, descentralización, integración y garantista de nuevos derechos personales e institucionales.

    A partir del 2000 hasta el 2003 la sucesión democrática se torna débil, a raíz de las crisis económica, política y social, acompañadas de renuncias, interinatos, transiciones.

    La gestión de Kirchner recupera el crecimiento económico y abre las puertas al desarrollo. Pero el éxito de la situación económica no alcanza. Se exigen políticas estables orientadas al bienestar y desarrollo de todos y cada uno de los habitantes de la Nación. De aquí partimos3.

    La 5ª República, la "de la revolución del desarrollo", la que debe venir, es la del desarrollo consolidado, sostenido y equilibrado, la de la inclusión social, económica y cultural, la de la solidaridad y el nuevo contrato social, con concertación plural, con gobernabilidad política y sustentabilidad económica. La gestión pública será vértebra del desarrollo de esta 5ª República.

    En 1881, la imprenta de Pablo E. Coni, ubicada en calle Alsina al 60 de la ciudad de Buenos Aires, publicaba Page 15 un nuevo libro de Juan Bautista Alberdi: "La República Argentina Consolidada en 1880, con la Ciudad de Buenos Aires por Capital". El autor lo había escrito con la intención de ayudar a completar y concluir la tarea comenzada también por él en las "Bases", de suerte tal que ambas obras venían a constituir dos etapas de una misma unidad. Así, el año 1880 cerró la organización y consolidó la vida institucional.

    Hoy la situación guarda sus similitudes con las exigencias de aquella síntesis superadora. Hoy falta consolidar el tejido económico y social bajo códigos de pluralidad, solidaridad y confianza en una innovativa gestión de la cosa pública, que se reclama veritativa.

    Es por eso que para consolidar la Argentina deberá construirse la 5ª República, que no es otra que la de la revolución del desarrollo.

    Esta 5ª República no requiere la modificación de la letra constitucional, ni importa la sustitución revolucionaria de las instituciones existentes; por el contrario, se funda en un cambio de las conductas que hagan posible la redefinición de los fines y la ampliación de los medios del Estado.

    Es la Constitución material, no la formal la que debe ser rediseñada de acuerdo a las necesidades del presente. Las naciones no avanzan por la periódica reforma de las normas fundamentales, sino por asegurar el eficaz gerenciamiento de la cosa pública, causa final de la existencia del Estado4. Page 16

    Así la Nación Argentina podrá reencontrarse con su vocación de desarrollo social y económico, adecuándolo a la realidad de un mundo signado por la globalización y el avance tecnológico.

    Por esto ofrecemos las siguientes reflexiones, con propuestas políticas de Estado y acciones de gobierno para instalar en la Nación el desarrollo sostenido y equitativo5.

    La 5ª República debe centrar y focalizar su horizonte en la acción y gestión del desarrollo para cancelar pasivos públicos pendientes. Las asignaturas demoradas han hecho crecer la brecha del riesgo y los costos de las dificultades por la ingobernabilidad en algunas cuestiones estratégicas y por la magnitud de la exclusión social y cultural.

    La democracia goza de buena salud; la cuestión es que falta el compromiso eficaz de los actores sociales en la empresa, en el trabajo, en la producción, en los servicios, en la comunicación, en la universidad, en la cultura, en el depor- Page 17 te, en la educación, en la salud. En fin, hay que direccionar las virtudes cardinales de fortaleza, prudencia, justicia y templanza a la gestión pública y privada para capitalizar las oportunidades estratégicas que vuelve a tener el país.

  2. Políticas de Estado por "razón de Estado"

    Partimos de este presente, de hoy, de un balance de debe y haber, de sumas y restas, que nos da un resultado positivo de la gestión pública, pero a la vez determinante de nuevas líneas de acción por ejecutar, a modo de políticas de Estado. Ellas, sin duda, deberán precisar la agenda de la gestión pública del presente, porque contienen las cuestiones inmediatas de Estado que deben acometerse para lograr la consolidación de la...

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