Una gestión muy floja en números, pero con buen resultado político

Axel Kicillof lleva 18 meses como ministro de Economía. Las variables poco lo ayudan a la hora de evaluar su gestión: son 18 meses de una economía en recesión (crecía a 3,4% cuando asumió), con una inflación que los privados proyectan en 29% (era 27,2% entonces), con salarios reales privados que desde el año pasado dejaron de ganarles a los precios y con reservas que a duras penas se mantienen en US$ 33.870 millones (eran US$ 35.107 millones) gracias a la cosmética de préstamos chinos y a costa de pisar el pago de importaciones.

Sin embargo, hay un gran mérito del que Kicillof puede jactarse y que le reconocen aun quienes lo critican: haber logrado, sobre la base de medidas poco ortodoxas, garantizarle a la presidenta Cristina Kirchner llegar a diciembre, aunque también asegura tremendos dolores de cabeza para el gobierno que viene.

"Si hoy hubiéramos aplicado política de ajuste, sería peor", dice el economista de La Gran Makro Agustín D'Attellis. "Todo lo que hizo fue para evitar una situación que se tornaba mucho más compleja", agrega.

Juan Luis Bour, de FIEL, opina, no obstante, que la gestión de Kicillof debe evaluarse más allá de 2013, ya que desde hace cuatro años tiene injerencia en la economía. "Es una política signada por la represión en los mercados financiero, comercial e inmobiliario, con una economía que está estancada, con inflación alta y que si tiene algún aspecto de éxito es que con esta política de represión, sumado a tomar deuda; ha logrado un mecanismo por el cual se llega al final del período, a los tumbos, pero se llega", dice.

Así, la inflación muestra hoy una leve desaceleración, producto de la menor actividad, pero también de la política de dólar casi fijo. El tipo de cambio, que estaba a $ 5,98 cuando Kicillof tomó las riendas de la economía, se ubica en $ 8,97 en las pizarras. Pero en términos reales no dejó de apreciarse, y está hoy en los valores más altos desde la convertibilidad.

Así, el atraso cambiario se plantea como un gran desafío para la próxima gestión. Lo mismo que el déficit fiscal, que en noviembre de 2013 era de 2% del PBI y que para este año los privados proyectan entre 5 y 7%. No mucho mejor luce la actividad industrial, que de avanzar un magro 0,6% hace 18 meses habrá caído 4,5% en el primer cuatrimestre del año, según anticipan en FIEL. O la actividad económica en general, ya que de tener un PBI que crecía a 3,4% en 2013 se calcula...

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