El Generalísimo y su tropa secreta

Gabriel Morcillo, pintor español, y su retrato de Franco

Una cancelación de medio siglo. Si se hiciera hoy una muestra retrospectiva del pintor granadino Gabriel Morcillo Raya (1887-1973), muchos visitantes se llevarían varias sorpresas: de tipo estético, de género (género pictórico y sexual) y de naturaleza política.

En el siglo de las vanguardias, Morcillo se ciñó a la tradición figurativa. Tuvo varios períodos. Al principio, sus pinturas eran costumbristas; en sus lienzos abundaban las matronas con bozo, que parecían travestis; pero su espectro se amplió. Fue uno de los retratistas de más éxito entre la aristocracia y la alta burguesía granadina y del resto de España. Morcillo se limitó a trabajar en la península hispana. Nunca salió de ella. En 1907 trató de instalarse en Madrid para estudiar con Cecilio Plá, pero no pudo quedarse por razones económicas y se volvió a Granda; por fin, consiguió una beca de estudios y regresó a la capital en 1910; se quedó hasta 1914. Después sólo salió de su ciudad natal para realizar retratos en Madrid.

Morcillo pintó pocos paisajes; en cambio, hizo muchos y muy buenos bodegones. Lo más sorprendente en su vida es la aceptación en los salones encumbrados y tradicionales de sus óleos y dibujos orientalistas en los que aparecen "gitanillos" cubiertos con túnicas del norte de África, tocados por turbantes, en poses lánguidas o provocadoras. ¿Cómo los granadinos de clase alta, como las señoras de misa diaria, exhibían en las paredes de sus salones esos cuadros que podrían haber sido los afiches de un local de encuentros ambiguos y comprometedores? Era la época en que España tenía colonias en África y el Oriente estaba de moda; allí iban los estetas amantes del exotismo, del anonimato y la libertad de costumbres. El orientalismo de Morcillo era una representación, los personajes de sus cuadros eran muchachos granadinos "disfrazados" de marroquíes. Los modelos de Morcillo, unos quince, eran siempre los mismos: las caras, las ropas, los cuerpos desnudos, las expresiones picarescas...

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