Para ganar, Racing pasó por lo que no se esperaba

Estaba perdido, sin reacción. Era una deslucida salida de la primera parte de la Copa Libertadores, con una derrota impensada, más allá de tener asegurado el paso a los octavos de final desde hace una semana. Táchira, de Venezuela, le ganaba por 2 a 0 a Racing. Pero la Academia reaccionó. Jugó, luchó, mostró rebeldía. Y encontró una victoria impensada, a poco del final. No sólo ganó Racing por 3 a 2: también, quedó primero en el Grupo 8. Y cerró una destacada campaña, con 12 puntos.

Racing tuvo el control de la pelota y se presentó hasta la puerta del área, donde se diluyó cada ataque. Pillud, en la posición de número 8, fue una salida permanente, pero en ese espacio que dejó libre en la defensa se ubicó Orozco. Bien acompañado por Meza y el Maestrico González y desde la velocidad y la salida vertical complicaron en forma permanente a la Academia.

El eje del juego local fue Romero, pero el paraguayo se entretuvo entre las sutilezas y las intermitencias. Táchira se refugió atrás, pero en ningún momento su cautela lo llevó a ubicarse extremadamente en el fondo. Su defensa se exhibió algunos metros adelante.

En uno de tantos avances rápidos y sorpresivos, Meza se aprovechó de las dudas compartidas entre Videla y Alvarado y definió de media vuelta con un zurdazo. Racing se desesperó, sobre todo, porque sabía que Guaraní estaba en ventaja. Táchira se afirmó con entusiasmo y una mayor disciplina táctica.

En la vorágine de cada ataque desordenado, Racing encontró un espacio vacío. Por allí surgió Bou, que le pegó al balón con alma y vida. Esta vez, el palo más lejano contuvo el grito.

El potente delantero se mostró con molestias físicas, todo un síntoma en el interior de la Academia luego de las serias lesiones de Núñez y Campi. En aisladas ocasiones se encontró con Milito, otro síntoma peligroso de los días por venir. La ansiedad del público se trasladó al grupo, que se sintió impactado por la extraña situación, a medida que transcurrieron los minutos. En ese contexto, la defensa de tres hombres, una apuesta arriesgada de Cocca, padeció cada uno de los embates, con un nerviosismo poco habitual.

Alvarado, Sánchez y Grimi se sintieron incómodos, desprotegidos, con el pecho desguarnecido. En otra corrida venezolana eficaz, Meza marcó el segundo. Y dejó sin respuestas al Cilindro. Asombro afuera, sorpresa adentro.

No tenía reacción Racing. Le temblaban las piernas, se le caían las medias. Sin...

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