Gabriel: un sueño cumplido, DT del Rojo

A los 35 años, Gabriel Milito regresa a su casa, el estadio Libertadores de América. Lo hace desde el banco de suplentes, como entrenador. Cumple un sueño personal, aunque sabe que detrás de su arribo hay un sueño colectivo: conseguir un título. El Mariscal no le escapa a las obligaciones, y es consciente de que su plafón como entrenador dependerá, como siempre, de los resultados.

"Es un momento de enorme felicidad regresar con el cargo de entrenador. Es una responsabilidad muy grande y espero estar a la altura del desafío", señaló el flamante DT en la conferencia de prensa donde lo presentaron. Conoce como nadie las entrañas del club: tuvo dos etapas como jugador y una, en 2015, como entrenador de inferiores. Era el número puesto para reemplazar a Mauricio Pellegrino. "Tomamos la decisión con seguridad, nos sentimos preparados, más seguros, por eso aceptamos. Un club grande pide exigencia y queremos prosperar como equipo con la firme intención de ganar e intentar protagonizar las tres competencias [torneo local, Copa Argentina y Copa Sudamericana]", postuló Milito. Sabe que Hugo Moyano, el presidente, lo apoyará en todo. Sabe, también, que no tiene tiempo para experimentos. Menos aún, para errores. Su apellido, fuertísimo, no impedirá que le exijan éxitos a corto plazo.

En sus primeras palabras como nuevo entrenador de los Rojos, Milito habló del sistema táctico, de las divisiones inferiores, del arquero Diego Rodríguez (con quien compartió vestuario en su última experiencia como futbolista profesional) y...

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