Gabriel Markus: 'Visité manosantas y brujos de una favela para salvar mi rodilla'

Gabriel Markus atesora con orgullo dos victorias puntuales de su corta pero explosiva carrera: ante Ivan Lendl en Madrid 1992 y Michael Chang en Gstaad, el mismo año. Sin embargo, el público tenístico lo recordará siempre por haber sido el único argentino en vencer a Pete Sampras: 6-1, 2-6 y 7-6 (5) en las semifinales de Niza 92, torneo que luego ganó. Aquel fue un suceso que distinguió su trayectoria. Número 36 del mundo en julio de 1992, jugador de Copa Davis y formado en Deportes Racionales, Markus supo hacer ruido en el circuito desde su 1,80m y juego ofensivo. Hasta que, con 23 años, una osteocondritis del cóndilo interno de la rodilla izquierda se convirtió en una pesadilla que jamás lo abandonó. Incluso hasta hoy, que lo perturba en circunstancias simples de la vida cotidiana, como agacharse para jugar con sus hijas de seis, nueve y diez años.

Entre 1994 y 1999, año que decidió bajar la guardia y retirarse, padeció seis cirugías. Seis. Aquí, en Europa, en los Estados Unidos. Claro que fue un accidente lo que aceleró el desastre. "En Roland Garros de 1993, en el vestuario, mientras me hacían masajes, la camilla se partió y una pata me cortó profundamente dos dedos del pie derecho. Me cosieron como pudieron, pero me sangraba muchísimo. Le había ganado a Magnus Gustafsson y tenía un día libre antes del próximo partido. Tenía un dolor insoportable, pero quise jugar y le gané a Bart Wuyts. Ya tenía algunas molestias en la rodilla izquierda, pero el esfuerzo hizo que me lastimara definitivamente. Me rompí la rótula, el cartílago y ahí empezó el calvario. Seguí varios meses luchando, abandonando, tratando de estar bien. Pero no podía ni manejar. Recorrí el mundo buscando soluciones y no las encontré", rememora Markus, a los 45 años.

Probó de todo para rehabilitarse. Métodos convencionales y medicina alternativa. "Visité manosantas y brujos de una favela para salvar mi rodilla. Es que me pasó al comienzo de mi carrera, cuando estaba creciendo, le había ganado a varios tops y de golpe no podía ni caminar", se lamenta el ex entrenador de Richard Gasquet, David Nalbandian y Marat Safin, entre otros.

"En esa época, al país venían filipinos que supuestamente te operaban sin anestesia –recuerda–. No se sabía si era cierto, pero tenía que probarlo. Hice horas de cola hasta que me atendieron, pero no pasó nada. Después vino un tipo con poderes al programa de Susana Giménez, que curaba poniéndote las manos en la cabeza. Fui a verlo al centro, atendía...

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