Gabo Ferro se pone en la piel de cantantes icónicas y las actualiza al siglo XXI

Las cancionistas de las décadas del diez, veinte y treinta del siglo pasado dieron el estereotipo de la mujer argentina que hoy, un siglo después, se intenta desterrar. Esas actrices convertidas en cantantes (Libertad Lamarque, Azucena Maizani, Rosita Quiroga, Ada Falcón y Mercedes Simone, entre muchas otras) entregaron a través de sus voces el discurso que el hombre quería dar. Alcanzó con cambiar de género algunas palabras de los tangos para que se acomodaran a sus voces y fueran un éxito.En tiempos de #MeToo, #miracomonosponemos, el compositor y cantante Gabo Ferro revisa el repertorio de las cancionistas para construir un espectáculo en el que subraya esa costumbre cantando desde el lugar del hombre con las mismas palabras (en femenino) que usaron las divas de hace un siglo atrás. Loca, se llama el concierto que dará junto al guitarrista Edgardo González, mañana, a las 22, en el Torquato Tasso, Defensa 1575.En realidad, las canciones no generaban la construcción de una figura femenina; solo se encargaban de amplificar la realidad de una época (y de las anteriores). Lo que se puede ver en esos repertorios son matices que van desde la docilidad ("La morocha") hasta las responsables de corazones rotos ("Mi noche triste").Era 1939 y en las pantallas de los cines porteños se veía Puerta cerrada, película de John Alton y Luis Saslavsky donde Libertad Lamarque cantaba "La morocha", canción que Ángel Villoldo y Enrique Saborido habían escrito en 1905. Si hoy se cantan tangos que tienen 100 años, ¿por qué no podría Lamarque entonar uno escrito 34 años antes? "Soy la morocha argentina,/ la que no siente pesares/ y alegre pasa la vida/ con sus cantares./ Soy la gentil compañera,/ del noble gaucho porteño,/ la que conserva el cariño/ para su dueño".Es decir: una joven de cabello oscuro que no tiene ningún tipo de problemas porque la vida le sonríe o, simplemente, porque solo debe ver la vida pasar sin involucrarse en asuntos que no son de ella, sino de su dueño, el noble gaucho argentino.Distinto era el caso de "Papito", en la voz de Tita Merello. Ese tema sadomasoquista de 1928, que decía: "Yo quisiera que me casques pa'quererte, mi papito, mi papito./ Yo quisiera que me dejes de ambulancia, mi papito, por favor./ Yo me meto cuando encuentro a un hombre fuerte;/ si me casca me enloquece,/ pero en cambio no les doy beligerancia/ a esos tipos que hablan de amor"."Esto empezó como un ensayo sobre teorías de género -dice Gabo Ferro, en su rol de...

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