Gabo Ferro, de la poesía a la canción animal y urgente

A Gabo Ferro no se lo vas a ver caminar con el rebaño. Incluso en estos días en que sus canciones suenan en La Leona y su voz rota dramatiza épicamente la toma de una fábrica y la muerte de un padre. "Fijate lo que es la matemática de la sensibilidad. Yo escribí esa canción como duelo por la muerte de mi padre, pero nadie lo sabía". Hay gente que lo descubre en la novela y se pregunta de quién es esa voz extraña, ese tornado dulce, que desatan canciones como "A quién", "Volver a volver", "Lo que te da terror", "Soy todo lo que recuerdo" y "Soltá", incluidas en alguno de sus nueve discos, editados por su sello Costurera Carpintero. "Al principio no tenés nada que perder, tenés todo por hacer. Por eso, saqué mi primer disco y a los nueve meses otro y así sin parar hasta hoy. Lo único que sé es que si voy a dejar de hacer silencio tiene que ser algo interesante", dice.

Su canción animal viene de lejos. Sus versos te muerden la yugular y no te sueltan hasta hacerte sangrar de dolor. "Yo no puedo cantar la palabra dolor afinadamente. Necesito ir a algo previo a lo cultural, a la naturaleza; caer en una falta de consciencia, que no importe si desafinás o no. El norte es la interpretación, ahí aparece el animal, que es un gran recurso. Lo que pasa es que es piantavotos, asusta. Pero el lobo es más generoso para contar lo que estás contando".

Su guitarra es una ametralladora llena de magia y a la vez es un muchacho de Mataderos. Ahora está sentado al fondo de un bar en Palermo, un lugar donde su poesía parece estar a resguardo de las malas influencias. Desde ese fondo, habla con libertad sobre lo que le interesa: la poesía, las letras de sus canciones, Leonardo Favio, la música contemporánea del siglo XX, el rock nacional de fines de los sesenta, sus pasos por la performance junto a García Wehbi, los libros, los despidos en el estado que lo llevaron a subir el video "El beso urgente", y la necesidad de romper los prejuicios con su próximo disco, donde evoca el sonido de Gianamaría Hidalgo y la estética de Julio Jaramillo. "Hace poco Rubén Szuchmacher me dijo: «estás en el filo; si te caés, entrás en un rídiculo sin vueltas». De eso se trata, cuando tenes algo que te pueda explotar en la mano". Gabo no titubea, esas canciones que pueden explotarle en la mano sonarán el 9 de abril en el ND Teatro.

Hay un hilo sin tiempo que conecta su presente cancionero a una historia y a un lugar que comparte con Moris, Litto Nebbia y Miguel Abuelo. "Cuando empecé...

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