El futuro del Barrio 31

Cuando Pro hacía campaña electoral en 2007 para llegar al gobierno de la ciudad de Buenos Aires, proponía en su plataforma la erradicación de la villa 31. Era una solución lógica, ya que de esa forma se daría un mejor hábitat a quienes allí vivían ocupando ilegalmente terrenos muy próximos al centro de la ciudad. Se mejorarían sus condiciones de vida y salud y se liberarían tierras de alto valor urbanístico. Las nuevas autoridades designaron funcionarios jóvenes y capaces para atender los objetivos propuestos para la tradicional villa de Retiro, los que con gran dedicación se abocaron a su tarea. Su contacto con los habitantes generó sentimientos de afecto y una idealización de sus aspiraciones y preferencias. Entre éstas, el rechazo a desplazarse a mejores viviendas pero alejadas del lugar que ocupaban, en el centro de la ciudad, cerca de sus trabajos. Los nuevos funcionarios se impusieron el objetivo de mejorar el bienestar de los habitantes, que reclamaban cambiar la idea de "erradicar" por la de "urbanizar". Entre otros elementos de decisión, se borró de la memoria el hecho de que hubieran ocupado ilegalmente esos terrenos. Había que ayudar a los habitantes de la villa desconociendo la inequidad implícita relativa al resto de los ciudadanos comunes que alquilan su casa o ahorran con sacrificio para comprar un terreno, construir su vivienda y pagar impuestos y servicios.

El gobierno de la ciudad aceptó la modificación de objetivos y desde entonces ha pavimentado calles internas, y construido cloacas y desagües pluviales. Se han incorporado plazas con juegos, instalaciones deportivas, consultorios, un destacamento policial y otras facilidades. En un terreno libre adyacente y en otro adquirido a YPF se están construyendo edificios de viviendas, de tres pisos, con tecnologías modernas de bajo costo para reubicar a unas 1000 familias de la villa que tienen sus casillas debajo o en el borde de la actual autopista Illia. A los trasladados se les reconocerá, como pago inicial de un préstamo blando, el costo de su precaria casa con excepción del terreno. Todas estas inversiones son solventadas por el presupuesto de la ciudad, esto es, por los contribuyentes.

Las autoridades porteñas han decidido entregar títulos de propiedad a los considerados "dueños" de las viviendas del Barrio 31. Un censo ha aportado la información necesaria y parecen haberse superado los condicionamientos legales para que el Estado haga estos reconocimientos, incluso sin...

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