Fútbol olímpico: no resiste la comparación

No existen problemas de orden en las marquesinas, ni divismos. Tampoco aparecen nombres rutilantes, aunque surjan jóvenes promesas. Es más, tras la primera semana de entrenamiento, sólo se puede confirmar que se llegó al número mágico de 18 convocados y cuatro reservas. Una lista que tomó carácter oficial el jueves, pero que, a 18 días del estreno ante Portugal en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, no se pudo plasmar en la práctica: Julio Olarticoechea tuvo que hacer malabares con jornadas de entre nueve y once futbolistas.

El peligroso cocktail formado por la derrota ante Chile en la final de la Copa América, la renuncia de Lionel Messi, la salida de Gerardo Martino, la negativa de los clubes de ceder futbolistas y el descalabro institucional y financiero de la AFA dejó expuesta a la selección sub 23, que hasta vio peligrar su participación en los Juegos. Sin dinero, sin entrenador y sin jugadores, el incendio recién se controló cuando Olarticoechea tomó el control del equipo y los clubes negociaron la postergación del inicio del próximo torneo local. Sin nombres propios de peso, la nómina se fue armando desde el convencimiento y la ilusión de vestir la camiseta albiceleste. Los ejemplos se multiplican. Víctor Cuesta, ayer anunciado como capitán, presionó en Independiente; Gerónimo Rulli, tentado por los grandes de Europa, nunca dudó en viajar, y Giovani Lo Celso se pagó de su bolsillo un remise desde Rosario y le dijo al Vasco que está dispuesto "a jugar de 4", si así lo necesitan.

Las medallas de oro de los remeros Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero marcaron por años a las delegaciones olímpicas de nuestro país. La gloria resultó esquiva y el recuerdo agigantó la leyenda de los Juegos de Helsinki. Se sucedieron 12 Juegos Olímpicos. Fueron 52 años de espera. Hasta que el sábado 28 de agosto de 2004 se transformó en la jornada deportiva más gloriosa de la historia olímpica nacional: la Argentina cortó la sequía dorada con las preseas conseguidas por las selecciones de básquetbol y fútbol. Marca indeleble para la Generación Dorada, también dejó su huella en el fútbol, que en el estadio Olímpico de Atenas logró el título que faltaba en las vitrinas de la AFA.

Con el oro olímpico como prioridad en 2004, tras el traspié de la selección mayor en el Mundial de Corea y Japón y la derrota en la final de la Copa América de Perú, Marcelo...

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