Fútbol: no más violencia hipócrita

Tuvo que ocurrir el enfrentamiento a balazos entre los barrabravas de Boca en plena autopista Santa Fe-Rosario para que la Presidenta tomara cierta distancia de aquellos violentos a los que ella misma había definido como muchachos que la maravillaban con la actitud de colgarse del paraavalanchas y no mirar el partido, sino arengar al resto de la tribuna.Como cualquiera sabe, quienes así se comportan en las canchas no son, en su mayoría, personas que alientan sanamente a su equipo, sino delincuentes que, amparados por dirigentes del fútbol y de la política, han sentado en las canchas y en los clubes la base para sus negocios mafiosos.Pocas horas después de ese tiroteo, en el que quedó gravemente herido uno de los jefes de las facciones boquenses, la Presidenta dijo que los clubes deberían entregar las listas de los violentos. Y quizá para no quedar tan lejos de la admiración que había manifestado sentir por los barrabravas pocos días antes, sostuvo que no había que tener prejuicios ni estigmatizar a nadie, y recordó al respecto lo que había ocurrido pocos días antes en el estadio de Boca, cuando desde una de las ubicaciones más costosas un grupo de inadaptados arrojó un cartel de publicidad sobre el banco de suplentes de Independiente.El sangriento enfrentamiento volvió a poner en evidencia dos cosas: primero, que Boca no es el club libre de mafiosos que pregona su presidente, Daniel Angelici, y, segundo, la total incapacidad del gobierno nacional para brindar un mínimo de seguridad, no sólo dentro de las canchas, sino también fuera de ellas.Habida cuenta de la forma en que la política utiliza al mundo del fútbol para sus fines no sorprendió, aunque sí fue lamentable, que ante un hecho como el de la autopista Santa Fe-Rosario, que sólo por fortuna no derivó en una tragedia de proporciones con víctimas inocentes, lo primero que asomara fuera un nuevo capítulo de la pelea política que mantiene el macrismo con el gobierno nacional.El club Boca Juniors entregó una lista de personas a quienes debía prohibirse el ingreso...

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