Fútbol mixto: en la cancha y con el balón en juego, varones y mujeres compiten a la par

Tiene la pelota Nazareno... Gambetea, se la pasa a Violeta, "la Flaca", que ya corre hacia el arco... Pero la cruza Romina, que recupera la pelota y le da un pase a un compañero que le reclama por la izquierda. "¡Estoy, pasala!", le grita. Avanza hasta que lo corta Javier, que toma el esférico y corre otra vez hacia el arco contrario. Vuelve a encontrarse con Nazareno, que dispara al arco, apenas por encima del travesaño... La arquera respira aliviada y le sonríe al delantero del equipo contrario.

Con esta jugada arranca el partido entre estos equipos de chicas y chicos, un frío miércoles por la noche en una cancha de fútbol 5 en Villa Crespo. Son un grupo de amigos que juegan al fútbol, desafiando la potestad masculina predominante de este deporte en el imaginario argentino y apartándose, también, de la versión femenina. Mezclados, varones y mujeres proponen un momento de juego y de diversión grupal, en una novel tendencia que, lentamente, se asienta en la ciudad.

El complejo deportivo al que van es un galpón inmenso de seis canchas de césped sintético. En la mayoría se juega fútbol, aunque en algunas suelen practicar voley o jockey. Hace 15 años que funciona y allí calculan que, desde hace un año y medio, el 30% de quienes alquilan son mujeres que participan en equipos mixtos.

No sólo aquí se ve este crecimiento. Un partido que incluya varones y mujeres en ambos equipos también puede verse un domingo cualquiera en la plaza Las Heras, de Palermo. La iniciativa prendió tanto que ya hay torneos entre equipos mixtos: Buenos Aires Fútbol Amigos (BAFA) se ocupa de organizarlos y participan en ellos un gran número de extranjeros, más abiertos a esta práctica.

Nazareno Brega, "Naza" para sus amigos, es fanático del fútbol. Tiene más de 30 años y desde chico participó en los torneos de baby. Nunca más se alejó de la pelota. Y hay un partido que para él es sagrado: el de los miércoles, con un equipo que él organizó con amigos y amigas hace diez años, una excusa para divertirse en la cancha y luego salir a comer algo o a tomar unos tragos.

"En 2003 nos hicimos amigos porque todos teníamos blogs. Íbamos a recitales, a tomar algo, hablábamos mucho de fútbol. Un día alguien dijo: «¿Por qué no jugamos al fútbol?» Y empezamos acá...", dice, y señala una de las canchas de Serrano Corner, de donde son habitués.

En el equipo de Nazareno una de las históricas es Romina Auerhan. "Ella tiene fuerza y se la banca. Cuando va al arco, sé que le puedo pegar fuerte...

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