Fuga de película: la policía de Nueva York busca a dos presos con perros y helicópteros

WASHINGTON.- A punto de cumplirse una semana ya de la más espectacular fuga de presos de los últimos años, la policía de Nueva York sigue con las manos vacías. Salvo que se considere como activo la única certeza que ya tiene y la espantosa sospecha que empieza a crecer entre sus detectives.

La certeza es que los dos convictos por asesinato tuvieron ayuda del exterior para sortear los gruesos muros de la prisión de máxima seguridad de Clinton. "No pudieron haber hecho esto solos", repiten sus oficiales una y otra vez.

Más inquietante, la sospecha es que un conjunto de emociones -que van desde el miedo a sufrir represalias por delación hasta el imperio de una extraña fascinación por el ingenio de la fuga- opere como inhibidor a la hora de recoger pistas en los alrededores del penal, donde la convicción es que alguien tiene que haber visto u oído algo.

"Ésta es gente peligrosa. No intenten cruzarse en su camino ni establecer acuerdo con ellos", fue el mensaje que, por altoparlantes, proclamaron una y otra vez los efectivos policiales que llevan cinco días sin poder dar con ellos.

Había que repetir el mensaje porque el paisaje rural no ayudaba a la síntesis. Ocurre que ayer la pesquisa se trasladó hacia los suburbios de Willsboro, unos 80 kilómetros al sur del penal. Un paraje de bosques y granjas hasta el que llegaron con helicópteros, perros y francotiradores. Todo fue en vano. No dieron con ellos.

"Ésta es gente que no vacila en hacer daño, no los protejan", repetían los altoparlantes.

Hay más de 100 efectivos detrás de los dos reos de imponente prontuario. David Sweat, el más joven de los dos, tiene cadena perpetua por el asesinato de un jefe policial. Richard Matt purga una pena de 25 años por haber matado a su jefe a golpes para luego descuartizar su cuerpo.

"Que tengan un buen día", fue el mensaje que dejaron en sus camas, las mismas donde acomodaron ropas y trapos de modo de hacer bulto y hacer creer a los guardias nocturnos que todavía estaban en ellas, cuando ya recorrían los conductos de tuberías por los que lograron escapar.

"Es como la gran fuga de Alcatraz", comparan en Dannemora, la localidad del estado de Nueva York y a sólo media hora de la frontera con Canadá donde se emplaza el penal. Nunca, en sus largas décadas de historia, tuvo un escape de ese tipo.

Medio siglo después, la "gran fuga de Alcatraz", tal como se conoce la huida de tres de sus reclusos en 1962, sigue sin resolverse. Con...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR