Fuerzas de seguridad: que prime la cordura

La extrema tensión generada en las últimas horas por la inédita protesta salarial de los integrantes de la http://www.lanacion.com.ar/1513925-todavia-no-se-destrabo-el-conflicto-y-continua-la-protesta-de-prefectos-y-gendarmes requiere un retorno a la cordura de las distintas partes que intervienen en esta disputa. Es menester que los uniformados retornen a sus labores mientras se desarrollan las tratativas salariales, al tiempo que es imprescindible que http://www.lanacion.com.ar/1513924-el-gobierno-dio-marcha-atras-con-los-descuentos-y-culpo-a-prefectura deje de alentar temores infundados y asuma su responsabilidad en la caótica situación salarial.Es evidente que, en los actuales tiempos caracterizados por una galopante inflación, nadie consiente alegremente una rebaja de su sueldo. No podía esperarse otra cosa que un estallido de furia por parte de miembros de fuerzas de seguridad que, de la noche a la mañana, vieron reducidos sus sueldos entre un 30 y un 60 por ciento en promedio, como consecuencia de la eliminación de determinados suplementos salariales mediante un decreto del Poder Ejecutivo Nacional.Más allá del justificado reclamo, la rebelión masiva de los integrantes de la Prefectura y de la Gendarmería seguramente resulta desmesurada, en tanto se desatienden tareas de seguridad interior que dejan desprotegidas a la población y las fronteras del país.Pero los episodios que derivaron en la protesta también demuestran una clara mala praxis en la gestión gubernamental, además de la falta de coordinación que reina en el Ministerio de Seguridad, a cargo de Nilda Garré.La actitud del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, quien virtualmente se lavó las manos frente a los errores en la instrumentación de la nueva política salarial para las fuerzas de seguridad, al anunciar que se investigará la razón de lo ocurrido, también resulta inadmisible.El reclamo salarial formulado por los integrantes de la Prefectura Naval refleja un malestar general de los uniformados que se remonta a una vieja situación, profundizada en 2005, durante la presidencia de Néstor Kirchner.El problema tiene su origen en un decreto emitido en 1993 por el gobierno de Carlos Menem, por el cual se crearon cuatro suplementos particulares al salario del personal en actividad de las fuerzas armadas y de seguridad. Se trataba de aumentos no remunerativos, exentos de cargas sociales.Entre 2005 y 2009, el Poder Ejecutivo Nacional dictó cuatro decretos mediante los cuales fue...

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