Fuerzas Armadas: con menos recursos y un nuevo paradigma

"Nos prepararon para vivir en una república y nos involucraron en una guerra sucia." Entre la autocrítica y la justificación, la descripción de un general retirado sintetiza el rechazo de la mayoría de los oficiales del Ejército al golpe militar que hace 40 años empujó a las Fuerzas Armadas a derrocar a un gobierno constitucional.

En las unidades militares prevalece una mirada crítica de lo que sucedió en 1976, incluso frente a la dirigencia política de ese tiempo. "Nadie en actividad tiene una mirada complaciente de lo que pasó", confió un militar, consciente del costo político que aún hoy pagan las Fuerzas Armadas por el quebranto constitucional.

El actual ministro de Defensa, Julio Martínez, no tiene dudas: "Hay una subordinación total al Presidente. Eso no está en discusión", dijo a LA NACION, al insistir en que los militares tiene hoy una misión profesional, que es la que manda la Constitución".

"Ya no hay Fuerzas Armadas al servicio de un gobierno o de un proyecto político. Están al servicio del Estado y de la democracia. Trabajamos para que los militares vuelvan al profesionalismo", precisó.

Eso no quita que haya desafíos inmediatos. "Hay incapacidades operativas muy grandes: aviones insuficientes, pocas horas de navegación y de vuelo, más almirantes que barcos. Los aviones Mirage, un símbolo de la Guerra de Malvinas, fueron desprogramados, y de los sesenta Pucará, apenas seis están en funciones", describió el ministro, al detallar las tareas pendientes en las fuerzas.

Voceros castrenses revelaron a LA NACION que hubo un cambio de paradigma. "A partir de la gestión de Nilda Garré en el Ministerio de Defensa se reemplazó el enfoque de objetivos e hipótesis de conflicto por el modelo de planeamiento por capacidades en la política de defensa", comentó un experto. En síntesis, las metas dependen de las capacidades y los recursos, que hoy son limitados.

Las Fuerzas Armadas se limitan hoy a la custodia y conservación de los recursos naturales, misiones de paz y tareas humanitarias -intervención en catástrofes y emergencias- y de ayuda social. En ese sentido, el gobierno de Macri va reemplazando el trabajo en las villas que impulsó el kirchnerismo por campañas de vacunación y otras acciones.

La escasez de recursos alimenta pronósticos pesimistas, como el que aventura que en una hipotética situación de combate no habría municiones suficientes para más de tres o cuatro horas.

Desde el aspecto institucional, las Fuerzas Armadas están alineadas...

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