Fuertes testimonios apoyan las denuncias por abuso contra el sacerdote Ilarraz

PARANÁ.- "Muchas veces escuchabas llorar a un chico y la explicación que daban es que extrañaba a su familia, pero en verdad sabíamos que no, que estaba siendo abusado". Esa conmovedora frase puede representar un resumen de lo escuchado en las dos primeras audiencias del juicio contra el sacerdote Justo José Ilarraz, acusado por siete casos de abusos de menores, que habrían sido cometidos en las instalaciones del Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, en esta ciudad.

En el juicio oral que se desarrolla a puertas cerradas, ya declararon cuatro denunciantes, y en las próximas semanas hablarán ante los jueces del tribunal otros tres exseminaristas. El martes próximo, jueces, fiscales, querellantes, el acusado y su defensor se trasladarán hasta las instalaciones en las afueras de la capital entrerriana, donde una veintena de seminaristas cursan sus estudios.

En ese mismo edificio, de amplias galerías y un extenso contorno de verde natural, el cura Ilarraz habría sometido sexualmente a decenas de adolescentes, de entre 12 y 16 años. Según el expediente, los hechos investigados habrían ocurrido entre 1984 y 1993, cuando el acusado cumplía las funciones de confesor, docente, celador y prefecto de disciplina de los años inferiores del seminario de menores.

Ilarraz tenía a su cargo a niños de primer año y segundo del seminario, que estaban allí enviados por sus familias con miras a continuar los estudios superiores para transformarse en sacerdotes católicos.

Fiscales y querellantes consultados por la nacion coincidieron en señalar que el juicio está dejando en claro el modo en que se habría manejado Ilarraz para cometer los abusos durante tantos años.

El caso tomó repercusión social en 2012, cuando la revista local Análisis publicó una investigación que se sustentaba en el testimonio de las víctimas. Allí se reveló que el religioso manipulaba a los jóvenes, establecía un régimen de premios y castigos, de autorizaciones especiales para aquellos adolescentes a los que quería llevar hasta su habitación particular.

Los testigos contaron que los abusos se realizaban en el cuarto de dormir del cura o en el pabellón colectivo, donde Ilarraz aparecía a altas horas de la noche para meterse en la cama de algún menor.

Si bien son siete las personas que denunciaron a Ilarraz, la publicación periodística que motivó la investigación judicial del procurador y de varios fiscales consignó que podrían llegarse al medio centenar de víctimas.

Muchos de...

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