Fuertes condenas en el caso Carbón Blanco

RESISTENCIA.– La sala de audiencias del tribunal oral de Resistencia, donde se juzgó durante tres meses a los acusados en la causa conocida como Carbón Blanco, se transformó de pronto en una enfermería. El ascenso de la presión arterial y el instinto de los cinco imputados por el contrabando de una tonelada de cocaína a Portugal y España fueron premonitorios: los jefes de la banda, el abogado Carlos Salvatore y el empresario futbolístico Patricio Gorosito, recibieron penas de 21 y 19 años, respectivamente. Los otros imputados, Juan Carlos Pérez Parga y Héctor Roberto fueron sentenciados a 17 años, mientras que Rubén Esquivel fue condenado a 12 años.

Los jueces Eduardo Belforte, Ramón González y Aldo Alurralde consideraron que esta organización, que enviaba a Portugal y España cargamentos de cocaína camuflados en bolsas de carbón vegetal desde Quitilipi, Chaco, funcionaba como una "asociación ilícita" con el objetivo de realizar un contrabando de estupefacientes "agravado por la cantidad y la pluralidad de los partícipes".

La investigación, iniciada en 2012, se convirtió en un caso emblemático de narcotráfico.

El proceso fue llevado adelante por la jueza federal de Roque Sáenz Peña Zunilda Niremperger, que ahora está al frente del Juzgado Federal N° 2 de Resistencia. El caso fue importante no sólo por el volumen de cocaína que "exportaba" la empresa Carbón del Litoral SRL (1051 kilos en sólo tres cargamentos incautados en Europa y en Buenos Aires), sino también por la dimensión y las relaciones de los miembros de esta organización, liderada por Salvatore y Gorosito.

En una causa paralela por lavado de dinero, a Salvatore le detectaron más de 60 empresas satélites en la Argentina y en los Estados Unidos, aparentemente creadas para blanquear el dinero obtenido presuntamente con el contrabando de cocaína desde la carbonería enclavada en la pequeña localidad chaqueña de Quitilipi. A este clan le trabaron un embargo por 1600 millones de pesos.

Gorosito reconoció ser el testaferro del ex presidente de la AFA Julio Grondona y construyó en Arroyo Seco un estadio para 12.000 espectadores, con siete canchas de entrenamiento y un hotel cuatro estrellas que luego vendió a Rosario Central, según él, por 16 millones de dólares. Este empresario futbolístico dijo que "gran parte de la plata se la quedó [Julio] Grondona", el fallecido presidente de la AFA.

Por la gravedad de la condena a este grupo, que se sospecha que funcionaba desde 2005, el tribunal...

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