Del frío en las calles al fervor en el estadio

DUBLIN.- El padre Federico Piedrabuena, párroco de Villa Nicolás, en Florencio Varela, de 44 años, no tiene dudas. Hay dos dimensiones en esta breve y difícil primera visita de Francisco a Irlanda, que culminará hoy.Por un lado, la nacional, marcada por el drama de los abusos sexuales perpetrados por el clero y religiosos destapados aquí en la década del 90, que exuda frialdad, rayana con la hostilidad. Y, por otro, la dimensión relacionada con el Encuentro Mundial de Familias (EMF), el motivo de la visita del Papa. En todas las citas relacionadas con este evento que el Vaticano organiza cada tres años para alentar a las familias de todo el mundo, de hecho, ayer pudo vivirse todo ese fervor semiausente en las calles."Para nosotros que vinimos para participar del EMF es un mundo aparte", dijo a la nacion el padre Federico, que asistió a la Fiesta de las Familias que el Papa protagonizó anoche ante más de 80.000 personas en el estadio Croke Park, de esta capital.Acompañado por su hermana Mercedes, una arquitecta de 38 años oriunda de Paraná; su cuñado Pablo Marichal, docente de 40 años, y sus tres hijos, Nicolás (13), Lourdes (10) y Sofía (1), el padre Federico dijo que no sintieron un clima frío. "Al contrario. No fue nuestra experiencia. Desde que llegamos el martes pasado nos trataron muy bien: una familia católica de Dublín nos recibió estupendamente. Aunque sabemos que el tema de los abusos marcó esta visita, por lo menos a nivel mediático, nosotros estamos viviendo una experiencia excelente, de Iglesia, de familia, que es muy importante", reflexionó."Puedo comprender que algunos...

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