Freshwater

Autora: Virginia Woolf / Intérpretes: Marcela Bea, Felix Tornquist, Marcelo Gamarra, Dario Bonheur, Manuela Fernandez Vivian, Victoria Paez, Bernardo Sciarretta / Escenografía: Julieta Ascar / Vestuario: Sofia Di Nunzio / Luces: Leandra Rodriguez / Producción ejecutiva y comercial: Mariel Benaros / Sala: El Tinglado, Mario Bravo 948 / Funciones: domingos, a las 21 / Duración: 55 minutos Nuestra opinión: muy buenaDos ataúdes negros de utilería, sin tapa y en posición vertical reciben al público en el hall de El Tinglado. Al lado, un afiche de Freshwater con una leyenda que invita a sacarse la última foto. Y efectivamente, al terminar la obra, hay una fotógrafa que les hace tomas a los espectadores que se animan a posar dentro de las cajas oblongas en esa instalación performática que predispone a ver la función con espíritu lúdico y desmitificador. Es decir, acoplándose al registro que Virginia Woolf imprimió a su comedia, única pieza teatral que escribió para que fuese representada en familia y que no se publicó hasta después de la muerte de la genial escritora. Considerada injustamente un trabajo marginal y menor, ha sido llevada a escena en contadísimas oportunidades en el exterior. El estreno absoluto en español tuvo lugar en Buenos Aires, en 2010, gracias al empeño de María Emilia Franchignoni, traductora, dramaturgista y directora (además, actriz y cantante), que ahora la reestrena con algunos leves cambios.La extraordinaria fotógrafa victoriana Julia Margaret Cameron, tía de Virginia, y la talentosa actriz Ellen Terry ?venerada en su época? son las protagonistas de una trama que deja de lado convenciones psicológicas y temporales, despegando de todo realismo para entrar de lleno en otra narrativa con un lógica propia que se va desplegando libremente, rebosando de gracia irreverente, en un espacio de ensueño, descabellado y a la vez de una rara cohesión interna. Una nonsense comedy que inventa sus códigos escrita en 1928 y reescrita en 1935, que anticipa el teatro del absurdo que surgirá en 1950. Sin embargo, Woolf nunca fue...

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