Sin freno

Vaya uno a saber lo que pasa por la cabeza de un potrillo de dos años cuando lo llevan a correr a un hipódromo. Nervios, susto, indiferencia, tal vez gozo. Sensaciones a las que se acostumbrarán con el tiempo. O no, porque hay caballos que nunca lo hacen y para ellos siempre todo es como la primera vez.Por la cabeza de Malagamba, retirado de las gateras en el clásico Congreve (G3), ayer en el hipódromo de San Isidro, tal vez haya pasado miedo al encierro. El que era uno de los invictos de la carrera no dio partida. Raro, porque el día de su debut se portó mansito en las jaulas.Farsante Celebre, el ganador, estuvo en la otra punta, mucho mejor predispuesto para la competencia. Es de los que corren rápido y no se achican ni en un hipódromo nuevo. El potrillo del stud Rincón de Piedra viajó desde La Plata para conocer la cancha de césped mientras caminaba hacia el fonde de la recta y nada lo distrajo cuando su jockey, Mario Leyes, lo llamó a buscar la victoria de los 300 metros a la raya.Farsante Celebre es hijo de un ganador del Arco de Triunfo y Caballo del Año de Europa en 1997. Con genética para la larga, el descendiente de Peintre Celebre ya muestra las uñas en las cortas. Gana en la arena y el pasto. Bienvenida sea para él la próxima cancha de hierba de Palermo, que seguramente irá a conocer en algún momento de su campaña."Largó bien y dejé que se acomodara solito. Venía tercero, pero cerca. Estaba muy...

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