François Dubet. 'En el mundo, de la misma manera en que se producen réplicas de un sismo, se producen réplicas de la cólera social'

Hace rato que el sociólogo francés François Dubet viene pensando una problemática en cierto modo muy antigua y al mismo tiempo radicalmente actual: la desigualdad. Lo hizo años atrás, cuando investigó la marginalidad juvenil de su país, y también cuando indagó en las mútiples inequidades que encierran los sistemas de enseñanza o en los cambios que afectaron a las instituciones democráticas en las últimas décadas.En La época de las pasiones tristes, libro recientemente lanzado en ebook por Siglo XXI, Dubet se pregunta por los mecanismos que, en una época de flagrante desigualdad global, ponen a la cabeza de las reacciones sociales la ira, el resentimiento y, muchas veces, la competencia con los más próximos en la escala social. Aun en sus diferencias, en las manifestaciones de los "chalecos amarillos", las que sacudieron Chile el año pasado o las que, una década atrás, protagonizaron los Indignados, Dubet observa una secuencia común: explosiones de furia que dan cuenta de un malestar creciente, aún demasiado difuso, ligado a quienes nunca fueron invitados a la mesa de los ganadores de la globalización. Pero, al no contar con representaciones políticas adecuadas, esa furia queda condenada a no ser más que una repetición de sí misma, sin grandes efectos en la dura estructura de lo real.Tras los meses de letargo obligado que impuso el coronavirus, esa conmoción vuelve. Con reclamos ligados al conflicto racial en Nueva York, París, Londres o Madrid y más netamente económicas en Beirut, las protestas ciudadanas de los últimos días actualizan el fenómeno analizado por Dubet. "Estas olas de protestas que desde hace años se producen en distintas partes del mundo en todos los casos lo hacen por fuera de los sistemas políticos, de los sindicatos y de los movimientos sociales -explica, durante un intercambio vía mail-. Son agregaciones de cóleras heterogéneas que escapan a las lógicas políticas tradicionales, que no formulan verdaderas reivindicaciones o programas de acción". Por eso, considera que las protestas se seguirán produciendo y que incluso recrudecerán cuando, pasado el riesgo sanitario, solo queden las desastrosas consecuencias materiales de la pandemia. "De la misma manera en que se producen réplicas de un sismo, se producen réplicas de la cólera social", describe.-En La era de las pasiones tristes, se compara el mundo actual con la Europa de mediados del siglo XIX: un continente sacudido por revueltas, con un imaginario anclado en el siglo...

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