Francisco presidió la vigilia pascual con un llamado a la humildad

ROMA.- No tener miedo a la realidad, no cerrarse en uno mismo, no huir ante lo que no entendemos, no cerrar los ojos frente a los problemas, ir más allá de las cómodas certezas, pero sobre todo humildad.

Todo esto al presidir su tercera vigilia pascual, del año litúrgico, que evoca el pasaje de la muerte a la vida de Jesús.

En una ceremonia con bellísimos cantos, Francisco explicó que no se puede vivir la Pascua sin entrar en el misterio que hace pasar de la muerte a la vida. "No es un hecho intelectual, no es sólo conocer, leer... Es más, es mucho más. Entrar en el misterio significa capacidad de asombro, de contemplación, capacidad de escuchar el silencio y sentir el susurro de ese hilo de silencio sonoro en el que Dios nos habla", dijo en la Basílica de San Pedro.

"Entrar en el misterio nos exige no tener miedo de la realidad: no cerrarse en sí mismos, no huir ante lo que no entendemos, no cerrar los ojos frente a los problemas, no negarlos, no eliminar los interrogantes", agregó. Y, como había hecho durante el domingo de Ramos, destacó que para entrar en el misterio se necesita sobre todo humildad.

"La humildad de descender, de bajarse del pedestal de nuestro yo, tan orgulloso, de...

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