El francés que vino para casarse

Se nota el nerviosismo del novio, un francés que se está por casar con una argentina en una iglesia de adobe. No para de fumar y se toma dos líneas de cocaína para subir un poco. El novio es Benjamin Biolay y la crudeza de la imagen contrasta con ese cielo azul mendocino y el pulso de road movie y comedia inocente que tiene Voyage, voyage , el film que se estrenó el último jueves. Ése es el efecto BB, como le dicen los franceses. Un artista que es capaz de lograr un personaje que puede incomodar con su crudeza y cinismo en la previa de una fiesta de casamiento; o que puede llevar a un estado de gran intensidad emocional con las canciones de amor perdido por las que fue señalado como el heredero natural de Serge Gainsbourg."Creo que me comparan con Gainsbourg porque en Francia a Leonard Cohen sólo lo conocen los padres, a Morrissey los gays y a Nick Cave casi nadie. Pero no sólo a mí me comparan con Gainsbourg, sino también a otros artistas de la nueva generación. Fue como un padre espiritual para los franceses, como Mitterrand. Creo que en el fondo Francia lo extraña mucho y por eso necesitan encontrar un heredero", dice Biolay con su filo habitual, recostado sobre una pared para la foto, tapando con su mano el fuego del encendedor para prender un cigarrillo, como si imitara la pose de ese artista iconoclasta que enamoró a Brigitte Bardot y a Jane Birkin.Parece un boxeador callejero de golpes rápidos y secos. Ésa es la primera impresión. Eso cambia cuando se lo conoce un poco más. A Biolay le gusta el costado solar de las cosas, a diferencia del espíritu taciturno que sobrevuela sobre su imagen de enfant terrible requerida por directores como Agnes Joui; la atmósfera narcótica de sus melodías -donde se mezclan caóticamente la chanson francesa, el rap, el noise , el pop indie, la electrónica y el trip hop-; o la triste melancolía de su voz y sus letras, que recuerdan a Nick Cave o Leonard Cohen."En general compongo cosas oscuras y tristes. Pero yo no soy así. Ni triste, ni oscuro -gesticula una media sonrisa-. Seguramente cuando empecé a escribir estaba pasando por una etapa de mi vida en la que no era muy feliz y eso llamó la atención y se transformó en un estilo que me diferencia de otros autores, y sigo por ahí", confiesa el músico y actor que vino a la première porteña de Voyage, voyage , de Edouard Deluc, una excusa perfecta para perderse por las calles de esta ciudad, a la que le compuso el tema "Buenos Aires", que incluyó en su disco...

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