La fragmentación social, un desafío para la política

Alrededor de 17 millones de habitantes de la Argentina se declaran laboralmente activos. Pero el número potencial es bastante mayor: si avanzara la tasa de actividad (porcentaje de la población adulta que trabaja o está en la búsqueda de un empleo) podrían ser entre 21 y 22 millones las personas en esa condición. Los ocupados, desocupados e inactivos (estos últimos son quienes, por diferentes razones -algunas sociales-, no tienen ni buscan empleo) pertenecen a alguno de "tres mundos" diferentes: el formal, el informal y el de una economía vinculada con la pobreza, donde entran en juego los planes de ingresos de fuente estatal y algunas formas de organización social. Así describe el subsecretario de Políticas, Estudios y Estadísticas Laborales, José Anchorena, el escenario laboral fragmentado de nuestro país.

En el tercero de los grupos, dice el funcionario del Ministerio de Trabajo, hay muchas personas que se declaran inactivas, sobre todo mujeres, y esto es un fenómeno que él ve vinculado a la realidad social. "Que la tasa de participación laboral femenina esté estancada es un indicador de subdesarrollo", analiza, en diálogo con la nacion, respecto del detenimiento -ocurrido hace al menos una década y media- del avance del índice de actividad entre las mujeres. Un reciente informe del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad de La Plata muestra que, si se mira a la población femenina de entre 25 y 54 años, la participación está estancada en alrededor de 66% desde 2002, un nivel aún muy lejano al de países europeos o al de los Estados Unidos.

Anchorena dice que el proclamado objetivo oficial de la pobreza cero requiere de políticas que ayuden a generar más empleo y de estrategias tendientes a la inclusión y contención para quienes están en el tercer grupo de los antes mencionados.

En el Gobierno señalan haber encontrado muchas fallas o desvíos en la implementación de programas que, desde sus diseños o al menos desde el relato bajo el cual se los dio a conocer en la gestión anterior, se proponían ser parte de un plan de inclusión, y que en la práctica terminaron siendo un eslabón de un círculo sin salida a la vista. Un caso es el del plan de cooperativas Argentina Trabaja, que depende del Ministerio de Desarrollo Social: el diagnóstico indica que la informalidad en la conformación de cooperativas y el uso del plan para reemplazar (a bajo costo) fuentes laborales en varios municipios fueron prácticas...

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