Fracasar es lo de menos

En este fútbol que pretende renovar sus bases con entrenadores que proponen cuidar el juego y terminan con el desprecio por la pelota, es tiempo de comenzar también a romper con algunos miedos. Es cierto que el peso de una palabra puede hacer mucho daño, pero temerle al fracaso es justamente demostrar que les cuesta mucho aceptar que el error es parte de cualquier proceso. Es posible que la trilogía del superclásico entre Boca y River deje daños para aquel que no obtenga los resultados deseados; en ese contexto no habría que temer decir que alguno fracasó en su búsqueda hacia el éxito. Porque eso implica que le habrán perdido el terror a arriesgar.

"El fútbol es para vivos", "El que no llora no mama", "No hay que hablar de fracaso. En todo caso, no lograr un objetivo es una decepción". Estas frases sin sentido regaron al planeta futbolero y se inocularon como verdades nocivas. Ahora bien: alguien pensó alguna vez que decepcionar es más duro que fracasar, que es simplemente no alcanzar el éxito. Sin embargo, la decepción es la frustración que se da al desengañarse por no cumplir con las expectativas.

El juego de palabras no tiene demasiado...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR