La 'foto' que todavía falta en la causa

En poco más de un mes, la causa contra el vicepresidente Amado Boudou tomó una entidad que no suelen alcanzar, así de rápido, los casos contra funcionarios en actividad.Los voceros del Gobierno ya no sólo culpan a "los medios opositores"; ahora dicen estoicos que hay que respetar la investigación de la Justicia. Y nadie pone las manos en el fuego. Un cambio sugestivo. "El juez y el fiscal son serios; habrá que esperar", dijo a LA NACION un funcionario con acceso a Olivos. Juez y fiscal van para adelante.De la declaración de una mujer despechada, de cuya validez dudaba el propio juzgado -un cónyuge tiene prohibido declarar contra el otro-, surgió una causa preocupante a partir de allanamientos, testigos que empiezan a asomar y la recopilación de cientos de documentos que van cerrando el círculo de una presunta influencia indebida endilgada a un vicepresidente que no lleva ni cuatro meses de mandato.A la Justicia le falta un eslabón. "Lo que falta es la foto", lo graficó ayer una fuente de la investigación. Una foto, un correo, un documento. Está claro que Boudou se interesó por la suerte de Ciccone. Surge evidente del expediente de la AFIP. Pero él alega que fue parte de una política del Gobierno. Dos revelaciones podrían complicarlo mucho: que apareciera una conexión evidente entre él y Alejandro Vandenbroele, el monotributista a quien su esposa definió como "testaferro de Boudou", o un vínculo palpable de su amigo José María Nuñez Carmona con los negocios de Ciccone, empresa que la Justicia todavía no sabe a quién pertenece en realidad. Falta la prueba de que el interés de Boudou fue para favorecerse él o a un tercero. Dentro y fuera del Gobierno temen que esa "foto" algún día aparezca.En tiempos de internas feroces, los gestos se amplifican: anteayer la Presidenta se mostró charlando...