La foto que teme Cristina Kirchner

Cristina Kirchner

En tiempos de Mussolini, los muros de Italia solían estar tapizados con un afiche que subrayaba la foto del líder con el slogan " Il Duce ha sempre ragione ". Allí está la esencia del culto a la personalidad. Del jefe no hay que esperar consistencia lógica. Sus palabras son verdaderas no por lo que afirman sino por quién las pronuncia. El kirchnerismo ya elevó a la vicepresidenta hacia esas alturas . Es lo que volvió a demostrarse en el discurso que pronunció anteayer en Avellaneda. El público al que ella se dirige no espera coherencia. Espera autoridad. No la escucha para obtener una explicación, sino para recibir las consignas que mantendrán viva la lucha . Solo así puede admitirse, por citar un ínfimo detalle, que alguien que, a su modo, hizo una defensa de la República, utilice los dineros de los contribuyentes, de todos los contribuyentes, para presentar a los candidatos del partido, como ocurrió en esa oportunidad. La congruencia argumental es una mochila de la que pueden prescindir quienes se dirigen a una audiencia incondicional . Esa ventaja viene acompañada de un costo penosísimo: en general se trata de dirigentes cuya imagen negativa es tan voluminosa que ya no pueden obtener la atención de quien piensa algo distinto .

Por eso a la señora de Kirchner no hay que solicitarle rigor lógico. Pero sí hay que agradecerle la sinceridad. En Avellaneda volvió a cultivar un género que había inaugurado hace ya tiempo: el de los consejos públicos a Alberto Fernández, su pupilo . Esa modalidad hace juego con una organización del poder. Por ejemplo: en Colombia, el caudillo Álvaro Uribe se dirige a su "Alberto", Iván Duque , tratándolo de "m’hijo". Las admoniciones frente a terceros, además de ser peyorativas, porque convierten al Presidente en una especie de Toto Paniagua -con perdón por la antigüedad-, son reveladoras de lo poco que hablan en privado .

En sus recomendaciones de anteayer hubo una que debe subrayarse. La vicepresidenta explicó a Fernández que no debe preocuparse demasiado por el escándalo de la foto del cumpleaños de su esposa. Se trata de un desliz que la oposición exagera para hacer escarnio de un gobierno popular. Igual que el proselitismo para imponer a Victoria Tolosa Paz y Daniel Gollán usando fondos públicos. Tiene razón Cristina Kirchner. Esas preocupaciones solo pueden angustiar a los culposos peronistas porteños, apichonados siempre ante el ancestral gorilismo de la Facultad de Derecho.

La agenda oficial es otra. No es la foto de Olivos. Es la foto de Puente Pueyrredón . Es decir, la imagen de pobres que se movilizan hacia el Ministerio de Desarrollo Social reclamando asistencia...

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