Forza, Bina y Ferrón: venganza y muerte tras el tráfico de efedrina

Primer pasoSecuestro y ejecución: Forza, Ferrón y Bina fueron citados en un shopping de Avellaneda; el seguimiento de sus celulares reveló que los llevaron a Quilmes y, de ahí, al campo en General RodríguezSegundo paso: detención de los sicarios. Los cruces de llamadas telefónicas permitieron identificar a Martín Lanatta como el hombre que citó a las víctimas al encuentro en el shopping; se cree que en su casa fue la ejecuciónTercer paso: juicio y condena: en diciembre de 2012, un tribunal oral de Mercedes condenó a prisión perpetua a los hermanos Lanatta y Schillacci y señaló a Ibar Pérez Corradi como instigador del crimenHace diez años, según dio por probado la Justicia, los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor y Marcelo Schillacci asesinaron a Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina. ¿El motivo? Sus jefes no querían competidores en la multimillonaria venta de efedrina a los carteles de narcotraficantes mexicanos que, por entonces, eligieron la Argentina para instalar laboratorios de producción de drogas sintéticas.Forza, Ferrón y Bina, se sostuvo, fueron asesinados de 15 tiros en la casa de los Lanatta, en Quilmes, el 7 de agosto de 2008. Seis días después, los tres cuerpos fueron hallados en un descampado situado a un costado de un camino vecinal en General Rodríguez.La onda expansiva del triple crimen puso al descubierto el millonario negocio ilegal de un grupo de funcionarios kirchneristas que permitieron que la Argentina se convirtiera en el segundo comprador mundial de efedrina; solo una parte ínfima de esa sustancia era usada por la industria farmacéutica local para producir medicamentos. El grueso de los cargamentos era desviado hacia narcotraficantes mexicanos. La investigación de los homicidios, así, descorrió el velo que ocultaba los aportes ilegales a la campaña electoral del Frente para la Victoria (FPV) para las elecciones de 2007, que terminaron con Cristina Kirchner como presidenta.Forza fue uno de esos aportantes. A raíz de los cuatro cheques de $ 50.000 que extendió, terminaron procesados el exsuperintendente de Servicios de Salud Héctor Capaccioli y el exlegislador porteño Sebastián Gramajo. Los camaristas Eduardo Farah y Martín Irurzún determinaron que había indicios para procesarlos por presunto lavado de activos de procedencia delictiva. Capaccioli siempre negó ser un recaudador para la campaña electoral kirchnerista. El tema de los aportes espurios dominó la escena hace una década. Hoy pasa lo mismo y atraviesa por igual a los partidos mayoritarios.Para la Justicia, se habrían encontrado aportes de droguerías hechos con el objetivo de "blanquear" dinero proveniente de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR