Fortalecer la educación para abatir la pobreza

Domingo F. Sarmiento

Los niveles educativos retrocedieron en nuestro país en los últimos años , como lo indican los resultados del operativo Aprender realizado en 2021en 23.000 escuelas que, por ejemplo, nos dicen que aumentó la cantidad de alumnos de sexto grado con bajos conocimientos en matemática, comparados con el año 2016. Además, son importantes las desigualdades por nivel socioeconómico de las familias, ya que la cantidad de alumnos con bajos conocimientos es cuatro veces mayor entre los alumnos de nivel socioeconómico "bajo" comparado con el de los alumnos de nivel "alto".

El capital humano, es decir, la población capacitada para afrontar los desafíos de este siglo de la ciencia y la tecnología, es más importante que los recursos naturales y exige mejores sistemas educativos con calidad e igualdad de oportunidades para todos los niños. Para hacer más equitativa la distribución del ingreso debemos empezar por una educación que haga más equitativa la distribución de este capital, acumulado por los conocimientos gracias a la educación. Es hora de comenzar a fortalecer nuestro sistema educativo para lo cual es necesario, aunque no suficiente, comenzar ya a cumplir leyes dictadas en las últimas décadas que, lamentablemente, no se cumplen, a pesar del claro mandato legal.

La ley 25.864 expresa: "Fíjase un calendario escolar mínimo de 180 días efectivos de clases" , pero además agrega: "Ante el eventual incumplimiento las autoridades educativas de las respectivas jurisdicciones deberán adoptar las medidas necesarias a fin de compensar los días de clase perdidos, hasta completar el mínimo establecido". La ley 26.206 hizo obligatoria la escuela secundaria en todo el país, pero de cada 100 alumnos que ingresan al primer grado primario en todo el país concluye regularmente la escuela secundaria apenas la mitad; además, hay una gran disparidad entre las escuelas estatales y las privadas y también entre provincias. La ley 26.206 también establece la jornada extendida en el nivel primario, pero en 2020 gozaban de este beneficio apenas el 13,6 por ciento de los estudiantes. En el conurbano, núcleo duro de la pobreza, apenas el 6,4 por ciento goza de este beneficio.

Un buen nivel educativo es hoy la llave de acceso a buenos empleos que quiebren la reproducción intergeneracional de la pobreza que está agobiando a nuestra nación. La mayoría de los pobres tienen trabajos precarios y poco calificados o están desocupados; los actuales planes sociales...

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