La fórmula coreana para lograr el éxito educativo

Entusiasmo de los padres por el aprendizaje de sus hijos, calidad de los docentes y muchas horas fuera de la escuela dedicadas al estudio. Esa es, según el viceministro de Educación de Corea del Sur, Young Lee, la fórmula del éxito en su país para alcanzar las primeras ubicaciones en cada una de las ultimas mediciones internacionales PISA. Porque si hay un país en el mundo obsesionado por la educación como llave para asegurar su desarrollo y su prosperidad económica es justamente el suyo. "En Corea del Sur la educación ha sido siempre el pasaje al éxito", sostiene Lee, sin dudar.

El modelo coreano fue elogiado por Barack Obama, y es la envidia de muchos, que tratan de importar "algo" de esa fórmula, interés que también ha llegado a América latina, más precisamente a Colombia. El gigante económico del sudeste asiático ya ha enviado allí asesores en la materia y colaborado económicamente para el proyecto de Centros de Innovación Educativa Regionales (CIER), en el cual se formarán 16.000 docentes en el desarrollo de contenidos digitales. Se trata de establecimientos dotados de alta tecnología, que recibieron cada uno alrededor de un millón de dólares para su funcionamiento durante un período de 18 meses (que finalizarán en agosto), ubicados en Bogotá, Cartagena, Cali, Medellín y Villavicencio. El programa abarca también a 50 escuelas "innovadoras", un portal de encuentro virtual y material didáctico.

El ADN del modelo educativo

El ADN del modelo educativo coreano parece basarse en una premisa, "exigencias para todos". Para los alumnos y para los maestros. En 2016 el país destinará un total de 44.600 millones de dólares a la educación, un 14,4 por ciento del presupuesto nacional, de los cuales 43.100 fueron manejados directamente por el Ministerio de Educación. De esa cifra, 34.700 millones fueron para la educación temprana y los niveles primarios y secundarios."Los seis años de la educación primaria y los tres primeros años de la secundaria son obligatorios, para garantizar que todos los chicos tengan la misma oportunidad de recibir una educación similar y de alta calidad", afirma Lee, que aclara que si los padres no envían a los hijos a la escuela primero se los alienta a hacerlo y luego se los multa, y que no hay diferencias de calidad en su país entre escuelas públicas y privadas, ya que deben atenerse a un programa nacional que establece pautas comunes.

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