A fondo con Matías Rossi

Desde que lo vio nacer, el lunes 2 de abril de 1984, Del Viso se convirtió en el lugar en el mundo para Matías Leonardo Rossi. Solo se ausentó por casi un lustro cuando, para estar más cerca de sus compromisos profesionales, decidió radicarse en San Isidro; pero regresó al terruño natal y redobló la apuesta abriendo su oficina, donde recibió a lanacion. En Del Viso, Rossi logra "aislarse" del mundo automovilístico entre cada fin de semana de actividad. Este año, al competir en Turismo Carretera, Súper TC2000 y Top Race, fueron 39 fines de semana ocupados. Precisamente desde ayer y hasta mañana, en lo que es la definición del campeonato de TC -instancia a la que llega como líder-, será el último compromiso para él en este 2018.Como gran parte de los niños, sus inicios deportivos fueron con el fútbol. Jugaba en el club Malvinas Argentinas de Del Viso, donde se destacaba por ser un veloz puntero derecho. Pero al momento de elegir, el automovilismo inclinó la balanza. Comenzó a vincularse con el deporte motor por medio de su papá y de su tío Edgardo. Éste corría en karting y Norberto, el papá de Matías, era su mecánico. Inquieto y curioso, de ocho años por entonces, cada vez que podía Rossi aceleraba el kart. Lo hacía en la colectora de la Panamericana, en Del Viso. Sin embargo, recién cuando tuvo 11 años, y tras volver a casa con un trofeo que en lugar de un botín tenía la silueta de un kart, hecho que alertó a María Gloria, su mamá, sobre el cambio de disciplina, recibió su autorización para comenzar a competir. Rápidamente fueron llegando los logros deportivos y a partir de allí comenzó a edificar una trayectoria destacada, la que lo llevó a ser considerado uno de los referentes de la actividad en el país.-¿En qué etapa de tu carrera sentís que estás? ¿Sos de mirar para atrás y analizar lo vivido?-Estoy en un momento en el cual ya se pasó más de la mitad de mi carrera deportiva, porque si miro desde que soy profesional, a los 20 años, transcurrieron 14 y no voy a correr 14 años más. Pero tengo las mismas ganas de ganar que cuando empecé; considero que mantuve el protagonismo inicial sumando experiencia. Por ejemplo, esta semana fue especial porque se vivió ese nerviosismo que genera una definición de campeonato. Esa adrenalina que es hermosa. Y justo es mi última carrera del año, lo que es bueno, me suma. Sigo muy competitivo, con las ganas de ganar de siempre, de esforzarme para manejar buenos autos porque son carreras de autos. Este año no...

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