FMI: ¿un acuerdo para no ser cumplido?

El ministro de economía, Martín Guzmán, brinda detalles de la negociación con el FMI junto al presidente Alberto Fernández y gobernadores

El gobierno de Alberto Fernández logró sortear el primer obstáculo en el Poder Legislativo tras la ratificación del nuevo acuerdo con el FMI por la Cámara de Diputados y conseguiría esta semana la aprobación del Senado, a pesar de la resistencia de Cristina Kirchner y su núcleo duro. El interrogante que se impondrá una vez superado el tratamiento parlamentario será en qué medida podrá cumplir la Argentina los compromisos contraídos en el crédito de facilidades extendidas acordado con el organismo financiero internacional.

Hay quienes sostienen que los acuerdos con el FMI están ideados para no ser cumplidos. Pero lo cierto es que, entre los analistas económicos y entre no pocos dirigentes de diferente color político, subsisten serias dudas de que, con los instrumentos previstos, la Argentina pueda cumplir, incluso en el corto plazo, con las metas pactadas .

Las autoridades argentinas se han comprometido a una paulatina reducción de déficit fiscal, que debería descender desde el 3% del PBI de 2021 al 2,5% en 2022, al 1,9% en 2023 y al 0,9% en 2024, antes de llegar a cero en 2025. Para ello, se propusieron reducir los subsidios energéticos, que hasta el año pasado rondaron el 2,4% del PBI, a solo el 0,6%. Del mismo modo, se comprometieron a bajar drásticamente el nivel de emisión monetaria.

Los citados objetivos parecen de muy difícil cumplimiento. Veamos por qué:

El déficit fiscal durante 2021 habría alcanzado el 3% del PBI, pero llegaría al 3,7% por efecto del arrastre del año pasado. Se procuraría, entonces, un recorte de hasta un tercio del quebranto para llevarlo al 2,5% sin tocar el gasto. Pero para alcanzar esa meta mediante un aumento de los ingresos del Estado, estos deberían incrementarse en unos 7,5 puntos del PBI, según los cálculos del economista Agustín Monteverde .

Bajar los subsidios a la energía a un monto equivalente al 0,6% del PBI también parece poco probable. La razón es que el costo de los combustibles se ha disparado hasta seis veces con respecto al año último, merced al impacto de la invasión de Rusia a Ucrania . Según indica Monteverde, Bolivia, tradicional proveedor de gas de la Argentina, nos promete menos que el originalmente comprometido y lo venderá a un precio mayor al proyectado en un principio; la porción de gas que deje de proveer deberá ser conseguida por la Argentina en el...

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