En Flushing Meadows, un desafío a la altura de la leyenda de Roger Federer

NUEVA YORK.- Es, por estas horas, el jugador más buscado por los fans. Es el preferido de muchos. Y para unos cuantos, el gran candidato. Una vez más, los focos vuelven a converger sobre Roger Federer. El suizo llegó a la Gran Manzana dispuesto a estirar su gran temporada, con la certeza de que puede ser otra vez protagonista. Hay mucho en juego: si es campeón, ascenderá al número 2 del mundo, en lugar de Rafael Nadal, el gran ausente en esta cita. Pero, por otro lado, Federer no se desvela por el ranking. Su gran objetivo, desde hace un largo rato, son los Grand Slams. No por casualidad tiene el récord de presencias consecutivas, con 60 ?majors' en los que siempre dijo presente, a partir de Australia 2000. Como nadie, entiende que en estas quincenas es donde la historia abre el juego. Federer ya ha escrito varias páginas en este sentido, pero también sabe que todavía puede aspirar más. Que, en este año, puede aún sumar un lauro más a su récord de 17 títulos grandes.En cierto modo, Federer va en busca de un desquite. Hace un par de meses, Novak Djokovic le negó el festejo en Wimbledon, cuando todo parecía indicar que la Catedral sería el escenario de su 18° título mayor. En Flushing Meadows, la frustración lleva más tiempo. Conquistó Nueva York durante cinco años seguidos, entre 2004 y 2008, hasta que Juan Martín del Potro interrumpió esa serie en 2009. Después, no llegó más a la definición: Djokovic lo frenó en las semifinales de 2010 y 2011, Tomas Berdych lo superó en los cuartos de final de 2012, y el año pasado, sufrió un inesperado tropiezo en octavos contra Tommy Robredo. Federer tiene mucho por sumar y por mejorar aquí, y ya en el segundo tramo de una gran temporada, es consciente de que, esta vez, puede llegar hasta el tercer lunes de competencia.En cierto modo, aquel traspié sorprendente contra Robredo, hace doce meses, marcó un poco un 2013 irregular para el suizo. Con dolores en la espalda, sin encontrar el modelo ideal de raqueta, Federer parecía retroceder más rápido de lo imaginado. Pero cambió; empezó 2014 con su ídolo, Stefan Edberg, como entrenador flamante; con una raqueta de aro más grande, y una propuesta de juego más agresiva, con muchas incursiones a la red, volvieron los buenos resultados. Se consagró campeón en Dubai, Halle y Cincinnati (su primer título de Masters 1000 luego de dos...

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