Las finanzas bimotor

Las finanzas bimotor

Un avión bimotor (de dos motores) tiene la potencia suficiente para volar con un solo motor si el otro falla, incluso en el momento más crítico, que es el del despegue.

En finanzas personales se puede aplicar un concepto similar para capear las crisis sin mayores inconvenientes: elaborar un plan financiero bimotor te ayudará a volar en medio de turbulencias (pandemias, guerras e inflación) sin perder altura y manteniendo la estabilidad.

Ahora pasemos a analizar cada motor con sus características distintivas para después evaluar cómo deberían funcionar juntos.

Primer motor: tus tenencias

Cuando hablamos de tenencias nos referimos a activos que generan flujos positivos de dinero , tal como los describimos en la columna "Cómo repensar tus finanzas personales" . Bajo esta línea de pensamiento, si sos propietario de la casa o el departamento donde vivís, tenés un inmueble que forma parte de tu patrimonio , pero no de tus tenencias, puesto que genera flujos negativos (impuestos, gastos de manutención, expensas y más). En cambio, si tenés más de una propiedad y la alquilás, entonces sí se trata de una tenencia debido a que te aporta un flujo de fondos positivo.

Los motores de los aviones funcionan mediante la generación de una fuerza que empuja a la aeronave (propulsión). En el caso del motor de las tenencias, su correcto funcionamiento se vincula directamente con la diversificación de las inversiones.

Es justamente esa diversificación la que permite no depender de un solo tipo de activo generador de flujos positivos, sino construir un portafolio variado, donde los activos se relacionan poco o muy poco entre sí.

Lo más interesante del caso es que las tenencias no necesariamente deben implicar montos elevados: se puede invertir desde muy poco dinero hasta fortunas y se puede comenzar con instrumentos tan simples como plazos fijos, stablecoins y bonos.

En el mundo digital existen tenencias que requieren una erogación monetaria mínima, como los negocios que pueden ser montados en Internet gracias a la magia de cuatro palabras clave: intangibilidad, automatización, atomización y suscripción.

Veamos esto con dos ejemplos antagónicos basados en tenencias similares de nuestros amigos imaginarios Claudio y Sebastián.

Claudio tiene como patrimonio plazos fijos que ajustan por CER y dólares bajo el colchón. Nuestro amigo siempre dice que prefiere ir por lo seguro.

Sebastián, en cambio, es más curioso e imaginativo, al menos en lo que...

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