El fin de la tablita de Guzmán va a traer un salto inflacionario en 2022

El ministro de Economía, Martín Guzmán

El plan económico preelectoral del Gobierno entró a sala de primeros auxilios. El objetivo era aumentar el gasto público para estimular el consumo ya que, en palabras del nuevo secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, "la Argentina necesita un poco de alegría." La idea era que, al mismo tiempo y gracias a la desaceleración de la depreciación del peso frente al dólar y el control de precios varios, la inflación no subiría.

Hasta agosto el plan venía funcionando, al menos en forma parcial. La inflación tuvo un pico en 4,8% mensual en febrero y luego comenzó a bajar, hasta llegar al 2,5% en agosto.

Varios factores contribuyeron a la desaceleración. La primera es que el Banco Central comenzó a depreciar el peso cada vez más despacio contra el dólar. El deslizamiento pasó del 3% y 4% por mes entre noviembre de 2020 y enero de 2021, a cerca del 1% mensual a partir de mayo. El plan fue una versión berreta de, paradójicamente, la tablita de Alfredo Martínez de Hoz. Pero, al igual que ocurrió con el experimento del ministro del proceso, la tablita de Martín Guzmán derivó en un atraso cambiario perjudicial para el sector exportador.

Adicionalmente, el Gobierno mantuvo prácticamente congeladas las tarifas de electricidad, gas y transporte, así como el precio de la nafta. También intervino en las exportaciones de carne y de maíz, para forzar bajas en el mercado doméstico. Los precios de muchos alimentos procesados y de bienes de consumo masivo también sufren distorsiones al estar dentro de esquemas como el de "Precios Cuidados".

El plan económico preelectoral del Gobierno entró a la sala de primeros auxilios; en septiembre empezó a descarrilar

En septiembre, sin embargo, el plan comenzó a descarrilar. La inflación se aceleró al 3,5% mensual. Los precios subieron un 52,6% en los últimos 12 meses, nivel que no se veía desde 2019. Lo más llamativo es que la inflación núcleo, la que excluye los precios regulados y los precios de bienes y servicios estacionales, subió un 57% en los últimos 12 meses. Es decir, denota la existencia de una importante inercia inflacionaria. Lo segundo más llamativo es que los precios de los bienes y servicios regulados crecen al 38,6% anual, muy por debajo de la inflación general. En 2020 subieron un 14,8%, comparado con el 36% de la inflación general. Otra vez, un gobierno populista recurrió al atraso tarifario para intentar bajar la inflación, en vano.

En realidad, la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR