El fin de la independencia judicial

Durante el gobierno de Carlos Menem, se acuñó una frase para referirse a los magistrados adictos al Ejecutivo de entonces. Los llamaron "jueces de la servilleta", pues allí habría escrito los nombres de aquellos que controlaba el poder político el entonces ministro del Interior, Carlos Corach, según una revelación que hizo otro ministro de aquel gobierno, Domingo Cavallo. Se trataba de magistrados del fuero federal penal, precisamente quienes sustancian las causas por corrupción que involucran a los funcionarios públicos.Muchos de ellos continuaron en sus cargos. Buena parte rompió sus antiguos lazos con el régimen menemista y, con oportunismo, pasó a integrar la llamada "justicia kirchnerista", que de justicia sólo conserva el nombre. Habiendo sido encubridores de la corrupción menemista, pasaron velozmente no sólo a ser sus verdugos, sino que además se convirtieron en los principales garantes del kirchnerismo.Fue así como el juez Norberto Oyarbide no dudó en absolver rápidamente al ex presidente Néstor Kirchner, acusado de enriquecimiento ilícito, sin investigar seriamente las abrumadoras pruebas en su contra. Por su parte, el fiscal inexplicablemente no apeló y la escandalosa sentencia quedó así firme. Algunos jueces no cambiaron y continúan recibiendo dócilmente instrucciones. Podrán cambiar los gobiernos, pero ellos simplemente se reacomodan frente al cambio.Al Gobierno le resulta imperioso conformar un cuerpo de magistrados adictos que compense la resistencia de muchos buenos jueces que defienden valientemente su independencia y, por lo tanto, la división de poderes.Tal como la viene delineando el poder kirchnerista, la política judicial, triste es decirlo, es desde hace tiempo una mera caricatura de lo que debería ser la Justicia. A pesar de la indudable gravitación que ejerce en el Consejo de la Magistratura, el oficialismo deja al organismo sumergido en una preocupante parálisis. Tampoco había presentado en el Senado los pliegos de aquellos jueces que integraban las ternas. Recién hace poco elevó sus propuestas.Amparado en leyes sancionadas con su mayoría parlamentaria y sus aliados en el Congreso, el Gobierno ya se encuentra transitando por el último año de gestión y pretende dejar de lado el sistema que establece la Constitución para la designación de los jueces, reemplazándolos por los llamados "conjueces" o "jueces subrogantes" que selecciona discrecionalmente el Poder Ejecutivo y que, como es dable de esperar, son mayormente abogados...

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