Filtración de escuchas, otra mancha para la Justicia

Pasaron los años, hubo un cambio de gobierno y tres cambios de jurisdicción, pero la filtración a la prensa de escuchas telefónicas con clara intencionalidad política continúa como si nada hubiera ocurrido y constituye otra enorme mancha para la Justicia que no puede ponerle coto a esta práctica aberrante ni identificar y sancionar a los responsables. Las filtraciones constituyen, además, una amenaza constante a la ciudadanía, que ve peligrar su derecho a la privacidad y la presunción de inocencia que asiste a quienes están siendo investigados.

Hasta comienzos de 2015, las escuchas telefónicas que ordenaban los jueces en el marco de sus investigaciones las llevaba a cabo la tenebrosa Dirección de Observaciones Judiciales de la ex SIDE, más conocida como "Ojota". En esa oficina no sólo se "pinchaban" los teléfonos que ordenaba el juez sino otros que el poder político de turno necesitaba escuchar. Por esa vía el kirchnerismo llegó a espiar a sus ministros y al entonces arzobispo de Buenos Aires, hoy papa Francisco. Se hablaba, incluso, del "negocio" de las pinchaduras a pedido. Una investigación judicial probó que, a instancias de altos funcionarios de la ex SIDE, se armó una causa judicial con una denuncia falsa con el único objetivo de obtener un paraguas legal para efectuar escuchas ilegales.

A comienzos de 2015, cuando aún gobernaba Cristina Fernández de Kirchner, se dispuso el pase de las escuchas a la Procuración General de la Nación, pero a fines de ese año un decreto de necesidad y urgencia del presidente Mauricio Macri las entregó a la Corte Suprema de Justicia. En la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado se creó la Oficina de Captación de Comunicaciones.

Las escuchas a Cristina Kirchner y Oscar Parrilli, su ex secretario general de la Presidencia y luego titular de la AFI (Agencia Federal de Investigaciones, sucesora de la ex SIDE) datan de entre junio y septiembre del año pasado y las había ordenado el juez federal Ariel Lijo en una causa donde se investiga si Parrilli encubrió, a fines de 2015 y como titular de la AFI, a Ibar Pérez Corradi, entonces prófugo en la causa por el triple crimen de General Rodríguez.

Cuando el periodismo dio a conocer las grabaciones, se originó un nuevo escándalo. Además de insultar a Parrilli, la ex presidenta habló de causas judiciales armadas y de presionar a jueces. Pero lo verdaderamente escandaloso fue el hecho mismo de la filtración de esas piezas judiciales...

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