'Estas fiestas me dan vida': Madrid se vuelve el oasis de diversión de Europa

MADRID.- "La fiesta sigue en casa, como cada finde". Es noche de viernes en la madrileña Puerta del Sol. Tres jóvenes cargan con bolsas que contienen botellas de ron. Caminan con prisa. Son las 23, la hora que marca el toque de queda y el cierre de los bares en la Comunidad de Madrid.Imágenes que coinciden con un vídeo que publicó este viernes en Twitter la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el que varios hosteleros de conocidos bares y restaurantes de la capital madrileña proclaman que "Madrid es libertad" y "Estamos más vivos que nunca".Roberto organiza semanalmente una previa en su domicilio del barrio de Salamanca. Este treintañero, que guarda miles de euros en una caja fuerte con los que podría afrontar la posible multa, se plantea cobrar la entrada a sus eventos. "Hay sábados que vienen muchos extranjeros, amigos de amigos. Podría ser un negocio". En el ático del lujoso inmueble se agolpa una treintena de jóvenes sin mascarillas y casi todos fuman. Suena la música a todo volumen entre gritos, bailes y luces de colores que salen de una esfera en miniatura conectada a la pared. "Shhhhhh", se escucha cada vez que suena el timbre.El ambiente bascula entre la euforia y el miedo a que irrumpa la policía. Cuando llaman a la puerta, los invitados dejan de hablar y el organizador vigila por la mirilla para comprobar que todo esté en orden. "Los vecinos pueden denunciar y se te cae el pelo", comenta. Pero la mayoría de los timbrazos son de sus amigos, que vienen del piso de enfrente, donde también andan de parranda. Disponen hasta de una contraseña para acceder al piso: "aguacate".Madrid no es la única ciudad española donde abundan las fiestas ilegales. En Valencia, entre el 2 y el 20 de marzo, periodo tradicionalmente vacacional por las Fallas, se impusieron 214 sanciones por ruido en viviendas. En Barcelona, la Guardia Urbana considera "anecdóticas" las intervenciones en fiestas privadas. En noviembre, ante el incremento de reuniones en la calle se creó una unidad específica que desde entonces ha impuesto 1709 denuncias por vulneración de las ordenanzas municipales.En el hermético departamento de Roberto, con las ventanas y la puerta cerradas para que no les delate el ruido, Martina celebra su 23º cumpleaños. "Sé que está mal hacer esto, pero no aguanto estar en casa". La joven está "desesperada" por encontrar empleo. "Estas fiestas me dan la vida", asegura mientras bailotea en el salón. Su amigo Iván, de la misma...

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