Una fiesta kirchnerista que termina en derrota

Fue un tiempo en el que un juez parcial marcó la agenda de los medios kirchneristas y el discurso de sus dirigentes. Federico Villena, que llegó a juez de la mano de y luego acumuló poder gracias a los servicios de inteligencia del gobierno de , cayó en uno de los tantos saltos mortales sin red que dio en la Justicia y en la política. El camarista federal de La Plata Roberto Lemos Arias le sacó la causa por manifiesta falta de imparcialidad. La fiesta kirchnerista que promovió ese juez arbitrario podría terminar en una derrota. Todos los imputados por Villena pedirán seguramente la nulidad de sus decisiones. El megaescándalo de Lomas de Zamora, en el que el cristinismo quiso replicar la operación en el juzgado de Dolores que también inculpó a políticos y periodistas, quedaría reducido a la nada misma. La imparcialidad por la que se apartó a Villena es, desde ya, mucho peor que una recusación por jurisdicción. La imparcialidad expone a un magistrado que tomó decisiones, y hasta decidió la prisión de muchas personas, con intereses o compromisos en la causa. En rigor, Villena se estaba juzgando a sí mismo, porque él dictó como juez muchas medidas que, al final, desembocaron en las supuestas maniobras que estaba juzgando ahora.Las contradicciones de Villena son patéticas. Nunca imputó en esa causa en la que se mezclan espías y conspiraciones a los jefes del servicio de inteligencia en tiempos de Macri, y Silvia Majdalani, pero le negó la eximición de prisión al secretario privado del expresidente, Darío Nieto. ¿Tenía Nieto, un joven estimado por todos los políticos que lo conocen, más poder que Arribas y Majdalani? Imposible. A Nieto le incautó su computadora y su teléfono celular; es decir, Villena incautó en un solo acto la agenda de un presidente de la Nación, actual expresidente y significativo líder de la oposición al kirchnerismo. Parece una crónica de la Venezuela de Maduro. El error político más comprobable del macrismo fue haber acordado en su momento con esta clase de jueces y no haber promovido una limpieza profunda de la Justicia. "El que traiciona una vez traiciona siempre", señaló un dirigente macrista en alusión a Villena. Era también una crítica a ellos mismos. Villena venía con la cargada fe de los conversos; había pasado del cristinismo al macrismo y del macrismo al cristinismo. ¿Qué se puede esperar, si no parcialidad, de tales malabarismos de semejante juez?A un juez se le pide que interprete las leyes y las aplique, no que...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR