Fideicomisos, al ritmo del consumo

Los fideicomisos financieros de consumo cumplieron un rol fundamental en los últimos años para sostener el financiamiento de tiendas de retail y electrodomésticos. Es que la herramienta tiene una ventaja relevante: les permite hacerse de fondos por un costo inferior al del sistema bancario. Del otro lado, los inversores también hicieron negocio, con tasas jugosas, por momentos entre 20 y 25%, con un bajo riesgo. Todos resultaban ganadores en esta rueda que giró, hasta hace poco tiempo, aceitada por un consumo creciente y alentado por largos planes de cuotas sin interés.El mecanismo continúa funcionando, pero el entorno ha cambiado: la desaceleración económica se volvió palpable; el Gobierno prohibió ahorrar en dólares; creció la demanda de créditos en pesos y subieron las tasas de los plazos fijos. ¿Y el consumo? Con la inflación en alza y el cepo cambiario, que eliminó el principal activo de atesoramiento de los argentinos, el pilar del modelo -aunque menos vigoroso- parece mantenerse a flote.La rentabilidad de los fideicomisos originados en el consumo ronda ahora un promedio del 15 por ciento. Aunque se acortó la brecha respecto de los últimos meses del año pasado, esa tasa continúa superando a la que ofrecen los plazos fijos bancarios, cuya tasa de referencia se ubica actualmente sobre el 13 por ciento."Es una alternativa en pesos que permite salir bien parado ante la inflación, con bajo riesgo de default, y con mejor rendimiento que un plazo fijo", enumera Gastón Fossati, del estudio Malumián y Fossati.Aunque los inversores institucionales son más adeptos a este tipo de inversión, los minoristas también pueden sacudirse el miedo a esta figura, y acceder con un desembolso de entre $ 1000 y 5000. Por definición, el fideicomiso implica un bajo riesgo, dado que los activos allí concentrados son aislados del patrimonio del fiduciante (quien aporta los bienes). Esto aporta seguridad en tiempos de incertidumbre, ya que la inversión se mantiene a salvo de una posible baja del negocio o de su quiebra. En los de consumo, especialmente, la atomización de la cartera los vuelve aún más seguros. Además, llevan un sello de calificación que mide el riesgo (los recomendados son los clase A, con mayor seguridad de repago).En los fideicomisos en cuestión, cadenas como Garbarino, Frávega, Musimundo, Falabella o Ribeiro, se convierten en fiduciantes y ceden las promesas de pago de sus clientes en sus ventas a...

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