Científicos y emprendedores

Los progresos del conocimiento teórico son prioritarios y constituyen la base que permite transitar al campo de la praxis. En el curso de la investigación científica late siempre la justificada expectativa de acceder al descubrimiento de lo que hasta ahora se desconoce. Ese logro puede luego servir para elaborar productos innovadores. Por lo tanto, el avance teórico alimenta la actividad económica, lo que implica afirmar una continuidad entre la conducta del investigador, ceñida a la búsqueda de un saber todavía distante, y el comportamiento del emprendedor que transforma el saber logrado en material apto para la producción industrial.El Conicet ha venido dando pasos positivos en los caminos del descubrimiento y la invención, dominios propios de la investigación que se han fortalecido en nuestro país mediante mayores recursos humanos y materiales en los últimos lustros. Ahora bien, la etapa siguiente, que hace posible la inserción de lo descubierto en pasos sistematizados que permiten su aprovechamiento, requieren la visión y el impulso de un emprendedor capaz de organizar el proceso de la fabricación que pone los beneficios del conocimiento al alcance del público. El secreto reside en saber articular con eficacia dos funciones distintas, cada una de las cuales requiere recursos materiales y de financiamiento.Un científico puede asumir distintos roles en una empresa cuyo objetivo sea explotar una patente. Por ejemplo, le es dable cumplir una función de asesoramiento en el proceso industrial o poner al servicio de esa organización su capacidad realizadora en el contexto de un...

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