Festivales de verano: el gran trampolín del folklore

La noticia sorprendió al principio. Abel Pintos, que llenó dos estadios River Plate y había planeado tomarse unas vacaciones después del mejor año artístico de su vida, decidió volver a los festivales folklóricos. Ya confirmó su presencia en Jesús María el 10 de enero y el Festival de Cosquín el 20 del mismo mes, donde celebrará dos décadas de su debut en la Plaza Próspero Molina. "Abel llegó en 1998 de la mano de León Gieco y eso es muy fuerte para él. Un artista popular no descuida sus raíces y en su caso hizo gran parte de su carrera en los festivales. La plaza sigue siendo una cita importante para muchos artistas, más allá de su trayectoria o de su convocatoria", cuenta Luis Barrera, secretario de programación de la Comisión de Folklore del Festival de Cosquín, que se realizará del 20 al 29 de enero.

Históricamente, los festivales folklóricos del verano fueron espacios de consagración de artistas populares como Jorge Cafrune, Mercedes Sosa y Horacio Guarany; trampolín para fenómenos como el de Soledad, Los Nocheros, El Chaqueño Palavecino y Abel Pintos, y plataforma de visibilización para una generación de recambio como Raly Barrionuevo, Bruno Arias, José Luis Aguirre y otros artistas del circuito independiente.

Rodolfo Pelu Lucca, cantante del dúo Orellana-Lucca y Consagración en Cosquín en 2016 y en Jesús María en 2017, reconoce: "Hace muchos años que venimos remando para tratar de que nuestra música llegue a todo el país. No teníamos mucha entrada en los festivales del verano. Las consagraciones son importantes porque te abren puertas el resto del año".

El verano festivalero es un tiempo de cosecha para los músicos y un momento de celebración en los pueblos y las ciudades, donde se reivindica la identidad cultural de toda una región como la Fiesta Nacional del Chamamé y el Mercosur en Corrientes, el Festival de la Chaya en La Rioja, el Encuentro de Copleros de Purmamarca en Jujuy, la Serenata de Cafayate en Salta, o el Festival de la Chacarera en Santiago del Estero.

"El Festival de la Chacarera muestra lo que somos como santiagueños. No queremos ser el modelo de festival que se da a lo largo del país donde están las mismas diez figuras. Nosotros queremos que vivan y escuchen la chacarera en su lugar de origen, y mostrar las costumbres santiagueñas como las teleras, que guardan una tradición, y los rituales religiosos populares, como la fiesta de San Esteban. Para mí, los festivales tienen una importancia mística", dice Jorge Luis...

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